Las claves del accidente aéreo mortal de La Iglesuela

J.M.
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El informe técnico de la Ciaiac atribuye la causa del siniestro de 2021, con dos fallecidos, a la pérdida de control por no ejecutar el procedimiento de emergencia tras la suelta prematura del cable de remolcado

Las claves del accidente aéreo mortal de La Iglesuela

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y cuya finalidad es prevenir accidentes sin someterse a las garantías de un proceso judicial, ha finalizado y publicado en febrero el informe técnico sobre el siniestro ocurrido el 7 de marzo de 2021 en el aeródromo 'El Tiétar', en el término de La Iglesuela del Tiétar. Los dos ocupantes, un hombre de 58 años y un joven de 18, fallecieron, y el aparato quedó destruido. La investigación ha determinado que la causa del accidente fue la pérdida de control de la aeronave por la no ejecución del procedimiento de emergencia tras la suelta prematura del cable de remolcado.

La aeronave se precipitó a las 12:43 horas contra el terreno durante el despegue del aeródromo 'El Tiétar'. El piloto y el acompañante preparaban un vuelo local de corta duración. Durante el despegue, realizado mediante torno ubicado en el umbral opuesto de la pista, ocurrió la suelta prematura del cable, a unos 100 metros de altura. A continuación, la aeronave se precipitó contra el terreno casi en vertical en las proximidades de la pista.

El piloto había completado dos vuelos anteriores ese día en la misma aeronave. El remolque de la aeronave se realizó mediante un torno, propiedad del Aeroclub del Tiétar. Según el jefe de pista, el remolque hasta la suelta del cable duró poco más de 10 segundos. La aeronave hizo un recorrido en tierra normal.

El informe detalla que el jefe de pista opinaba que el piloto era prudente. Durante el ascenso, la aeronave se desplazó del eje de pisto unos 40 o 50 metros, pero no le pareció extraño. Con el aparato a unos 100 metros de altura, se abrió el paracaídas del cable, señal inequívoca de que el cable y la aeronave no seguían conectados.

«La maniobra esperable era bajar el morro para aterrizar inmediatamente; sin embargo, la aeronave mantuvo su actitud de morro arriba hasta que, instantes después, la aeronave dio un 'campanazo': bajó el morro de forma abrupta y simétrica hasta ponerse en una actitud de 45 grados de morro abajo», indica.

El jefe de pista cree que el piloto no bajó el morro, sino que lo hizo la aeronave al entrar en pérdida. A continuación, vio la recuperación del morro hacia arriba, pero posteriormente ejecutó una caída casi vertical en actitud de morro abajo, girando alrededor de su eje longitudinal y dando una vuelta completa a izquierdas antes de impactar contra el terreno en actitud vertical.

El piloto, de 58 años, tenía una experiencia de vuelo de 173 horas y había efectuado 208 despegues por el método del torno. «La suelta prematura del cable a la aeronave no fue anunciada por radio por el piloto, ni tampoco comunicó ningún tipo de problema», dice el informe entre las conclusiones. Y apostilla: «Tras la suelta, no se comandó una bajada del morro de la aeronave para buscar velocidad adecuada y línea de vuelo».

En este sentido, abunda en que no se siguió el procedimiento establecido en el manual de operación torno del Club Clavileño para resolver la emergencia sobrevenida.