La Cátedra del Tajo cree que el Plan de Cuenca llega tarde

Jaime Galán
-

La directora de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss, Beatriz Larraz, no tiene claro lo que se ha firmado, pero advierte de que no cumple lo dictado por el Tribunal Supremo

Beatriz Larraz y Raúl Urquiaga, de la Cátedra del Tajo UCLM-SOLISS - Foto: David Pérez

La negociación del nuevo Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo se celebró como una victoria en el sector político toledano y regional. Sin embargo, el científico aguarda sus emociones hasta verlo aplicado de manera defnitiva. Es el caso de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss, que a la hora de opinar tenía dudas «sobre lo que se ha firmado y lo que no» en ese Plan de Cuenca. Su directora, Beatriz Larraz, dice haberse informado por la Junta de Comunidades y aboga por esperar al documento final que apruebe el Consejo de Ministros próximamente.

En cualquier caso, los tiros apuntan a un acuerdo para la implantación de los caudales ecológicos en Aranjuez independientemente de si las aguas alcanzan el buen estado o no en 2025. Aunque creen que se debería estar hablando de los caudales en presente, y no están a favor de esos escalones progresivos hasta 2027, sí que valoran que al menos se apliquen esos tres tramos independientemente del estado de la masa de agua en 2025, tal y como esperaban retirar desde el Levante en los últimos instantes de la negociación.

Por todo esto, dentro de lo que los científicos de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss pueden opinar, creen que lo filtrado acerca del nuevo Plan no se ajusta a sus criterios técnicos por dos motivos claros. El primero de ellos es que «van tarde». Es decir, que no cumplen con lo dictado por el Tribunal Supremo. Larraz vuelve a recordar que las sentencias del Alto Tribunal decían que los caudales ecológicos mínimos debían haberse implantado en el año 2016, pero como su fallo se dictó en 2019 «obviamente se refería a que cuanto antes mejor». Por ello, la directora insistió en que «puedo comprender» que se retrasaran al nuevo Plan de Cuenca, «pero este comenzó a redactarse en enero de 2022 y vamos por diciembre y aún no se han implantado los caudales». Argumentado esto, Larraz cree que «el objetivo debería ser aplicarlos ahora, no en 2027».

El segundo de los motivos por los que no están de acuerdo con los criterios del plan es que «la metodología no es la que nos gustaría», en relación a que el tipo de caudales «deberían ser más altos» para preservar el hábitat de los espacios protegidos.

Ante la pregunta de si comparte o no el triunfalismo de las instituciones políticas locales, Larraz destacó que «como Universidad ni compartimos ni debemos no compartirlo, simplemente aportamos nuestros conocimientos técnicos», y terminó apuntando que con este plan «le estamos diciendo al río que se va a poder recuperar en 2027, por lo que estamos perdiendo seis años».