El reloj de Seseña dará las campanadas tras 30 años

J.M.
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A petición popular, el Ayuntamiento ha arreglado el reloj de la plaza semanas antes de la Nochevieja. «Va a ser muy bonita», prevé la concejala, que ha invertido 3.688 euros

El reloj de Seseña da las campanadas tras 30 años

Mónica García desea que llegue ya la Nochevieja. «Va a ser muy bonita» prevé la concejala de Cultura y Festejos de Seseña, el cuarto municipio de la provincia con más habitantes. El Ayuntamiento orillará esta vez «el playback» y recurrirá al reloj ubicado en la fachada del Ayuntamiento para guiar a los vecinos en las 12 campanadas de rigor. Un presupuesto de 3.688 euros ha hecho posible recuperar el ritmo de agujas, parado desde hace unos 25 o 30 años a las 3:46 horas.

Ni los más viejos de Seseña se ponen de acuerdo para datar la detención del reloj de la plaza de Bayona, el centro de la vida de Seseña. No obstante, la presión popular ha convencido al Ayuntamiento de la importancia del arreglo de este instrumento ciertamente arrinconado por sus compañeros de pulsera o por los digitales que comparecen a la vista en las recurrentes ojeadas al teléfono móvil.

«¿Por qué no se arregla?», preguntaban a Mónica los vecinos, que sospechaban que el vientre del reloj había quedado hueco. Efectivamente, la maquinaria guardaba polvo en unas dependencias de la secretaria municipal y resultaba ahora inservible. Este ingenio no se corresponde con el original, sino con el reloj patrón construido ex profeso hace 10 años para la recuperación del reloj. Pero se quedó en intento. El funcionamiento apenas duró dos semanas de 2012, según relata a este diario la concejala de Cultura y Festejos. De la maquinaria original no se sabe aún el paradero.

Mónica recurrió al exalcalde de Seseña Manuel Fuentes y a los ancianos para acertar la fecha del origen de la avería que ha dejado a los vecinos sin campanadas en vivo durante décadas. No obstante, resulta imprecisa la fecha del último servicio en Nochevieja del reloj de la plaza de Bayona.

La relojería López, ubicada en el término municipal de Los Navalucillos, resultó la adjudicataria del concurso. Estos expertos trabajan con frecuencia para ayuntamientos de la comarca de La Sagra y de otras poblaciones de la provincia. El reloj funciona desde el pasado 24 de noviembre en un acto con cierta solemnidad porque la reanudación del tiempo coincidió con el Pleno municipal. «Fue muy bonito», apunta Mónica.

Desde entonces, el especialista ha viajado dos veces más a la plaza Bayona, cuyo nombre alude al topónimo original de Titulcia (municipio de la Comunidad de Madrid), para ajustar la maquinaria y asegurar el ritmo de las agujas.

«Seseña se pone en hora», bromea la concejala sagreña, quien subraya «el orgullo» de haber reparado este instrumento que preside frecuentemente las plazas de los municipios de la provincia. Incluso algunos funcionan todavía a base de dar cuerda diariamente, como sucede en el municipio manchego de Camuñas.

Los tañidos suenan a en punto y a y media entre las ocho de la mañana y la medianoche. «Entre las 00:00 horas y hasta las 8 de la mañana, permanecerá en silencio para facilitar el descanso de la ciudadanía», informa el Ayuntamiento sagreño de unos 27.000 empadronados. Asimismo, ha instalado cuatro bocinas en la plaza que servirán para animar la calle con villancicos o para los pregones de las fiestas.

el reloj de la iglesia. Seseña parece gafada con los relojes municipales. El otro ejemplar de la localidad, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, permanece parado desde hace unos años. Hace una década, un rayo estropeó el mecanismo en plenas fiestas patronales. Un 15 de agosto. Ahora, el Ayuntamiento se plantea la devolución de la vida del segundo mecanismo público.

Por más que los teléfonos móviles guíen desde hace unos años las vidas con sus múltiples utilidades y la precisión del reloj digital, el paseante mira todavía distraídamente las agujas de los edificios públicos. E inquieta aún comprobar que una institución se despreocupa de contar el tiempo. Seseña, aunque sea muchos años después, ha reparado el desaguisado.