Empate con sabor a derrota para el CD Torrijos, que vio cómo en el quinto minuto de la prolongación se le iban dos puntos, en el único estadio en el que ha perdido esta temporada.

Lo que se presuponía una bonita disputa por el balón con buen juego, se convirtió en un partido espeso. La batalla por el esférico la ganó el equipo gallardo, al tenerlo más en su poder. Sin embargo, el equipo rojiblanco llegó a La Solana con la lección del verano bien aprendida (único partido perdido esta temporada por el Torrijos), y varió su guion. Con su anárquico 4-3-1-2, Becker apostó más por presionar arriba y dificultar la salida del balón del equipo gallardo. Y por ahí ganó la partida el técnico argentino, puesto que el equipo de Javi Meléndez se vio muchas veces obligado a pegarle en largo, muy a su pesar.

Como quiera que ni uno ni otro jugó a lo que habitualmente juega, a ambos equipos les costaba crear ocasiones. Las llegadas a las inmediaciones del área eran de forma muy distintas a las de todos los domingos, por lo que los delanteros de uno y otro equipo no lograban meterse en el juego, y de este modo finalizar.

El descuento deja otra vez a medias al CD Torrijos (1-1)Prácticamente en su única ocasión del primer tiempo, se adelantó el Torrijos en el marcador. Tras un contragolpe (hasta en eso fue extraño el partido), Giuli recibió sin oposición el balón cerca del área. Tras controlar, el siete salvó la media salida de Manu Lucas, picando el esférico por encima del cancerbero desde fuera del área, entrando el balón tras botar en el área chica. A renglón seguido, Capelo tuvo el 0-2, marchándose el balón rozando el palo, dejando así con vida a un Marchamalo que no inquietó a Berlana en todo el primer tiempo.

En el segundo tiempo, tampoco cambió mucho la cosa. Sí que es verdad que el equipo local dio un paso al frente, tuvo más el balón, y jugó más en campo contrario, pero sin finalizar. La defensa rojiblanca estuvo a un gran nivel, despejando todo el peligro que llegaba por el área, y anticipándose a los movimientos de la delantera verde; fuera quien fuera sus integrantes, puesto que Meléndez sustituyó a todo el frente de su ataque. Por su parte, el Torrijos, al verse obligado a defender tan atrás, tampoco lograba generar peligro, al tener que correr muchos metros para llegar al área rival, sin tener ningún velocista sobre el césped que ganara la carrera a los defensores locales.

Todo apuntaba a una victoria por la mínima de los forasteros, cuando en tiempo de prolongación, Aitor Rubio se plantó solo en el área tras un balón largo, siendo claramente derribado por Berlana. Sin dudarlo, el colegiado decretó la pena máxima, transformando el penalti Pimentel, lanzando el balón a la derecha del portero, que se venció al lado contrario; acabando con esta acción el partido.