Proponen un Centro de Interpretación de Conventos de Toledo

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Ignacio González-Varas, catedrático de la Escuela de Arquitectura, encabeza un curso de verano sobre la situación de estos espacios religiosos. También se destacó el papel de la mujer y la necesidad de actualizar el inventario de bienes muebles

Ignacio González-Varas Ibáñez, en el centro, impartiendo el curso de la UCLM. - Foto: D. Pérez

«Difícilmente se ama lo que no se conoce». Esta afirmación, en palabras de Ignacio González-Varas Ibáñez, catedrático de Composición Arquitectónica en la Escuela de Arquitectura de Toledo, «puede parecer paradójica referida a los conventos, puesto que son lugares –con sus espacios de clausura– que fueron creados precisamente para lo contrario: para no ser conocidos». 

El panorama al que se enfrentan estas comunidades es complejo. La falta de vocaciones y recursos amenaza su supervivencia y exige la implicación de las administraciones y el conjunto de la sociedad para la salvaguardia de «un patrimonio con el que los ciudadanos conviven, aunque muchos de ellos conozcan muy poco». De ahí la importancia de crear espacios donde puedan explicarse, «algo que además está refrendado por Icomos, a través de la Carta Ename para la interpretación de lugares pertenecientes al patrimonio cultural».

La necesidad de un Centro de Interpretación de los Conventos de Toledo fue una de las principales conclusiones de la mesa redonda 'El patrimonio conventual a debate: problemas, situación y perspectivas', con la que ayer finalizó la primera jornada del curso Conventos y monasterios en la ciudad histórica: gestión e intervención en sistemas patrimoniales complejos. En ella participaron Rita Ruiz Fernández (Universidad de Castilla-La Mancha), María Teresa Pérez Cano (Universidad de Sevilla) y Almudena Cencerrado Rodríguez (Cefapit), además de otros participantes como el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada (Universidad Complutense) y el arquitecto Carlos Clemente San Román (Universidad de Alcalá de Henares).

Para este último es importante ayudar a las comunidades religiosas para que se desarrollen desde un punto de vista laboral, siendo conscientes de que «muchas veces las subestimamos». Por otra parte, señaló que la difícil coyuntura de conventos y monasterios en ciudades como Toledo no es propia de todos los países, salvo del viejo Occidente europeo. «Por el contrario, países como Polonia –o Rumanía, con su iglesia ortodoxa– manifiestan un gran vigor y están llenas de fundaciones religiosas».

El papel de la mujer dentro de las comunidades y la necesidad de actualizar los inventarios de bienes muebles de los conventos fueron destacados también durante la mesa redonda.