Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Los indicadores y las dietas

27/01/2022

La relación que mantengo con mi coche podríamos decir que es distante. Yo no termino de entenderlo, lo observo y vigilo de reojo y él aprovecha para decidir sobre lo que le apetece. Un día al cerrarlo con el mando pliega los espejos retrovisores y, al día siguiente, deja de hacerlo, pero, a cambio, me sorprende con un toque de claxon con el que me avisa de que el coche está cerrado. Lo mismo hace con la pantalla del conductor, que cuenta con todas la funciones y cuadros de instrumentos inimaginables, para informarme sobre el estado del vehículo y la conducción. Unos días en el formato destaca el reloj, otros los kilómetros recorridos, otros la velocidad, otros las revoluciones, otros el depósito de combustible, otros la emisora de radio. Como no tengo la más mínima intención de estudiarme las instrucciones, lo dejo hacer porque para eso es inteligencia artificial.
El domingo me recibió con una versión que me mostraba las cifras de consumo y emisiones al instante que se visualizaban gráficamente en una espiral de bonificación de kilómetros, según conducía uniformemente, aceleraba más de la cuenta o marchaba por inercia. A pesar de que ya intuía su relativa y dudosa utilidad, por no restar a la mitigación del cambio climático y a la sostenibilidad del planeta, me decidí a mantener la conducción para que la espiral no cambiará de color y siguiera regalándome kilómetros. Cuando más satisfecha iba por mi comportamiento sostenible, empezaron a adelantarme demasiados coches a la velocidad del rayo y me llamaron preocupados, porque llegaba con retraso a mi cita, quienes llevaban quince minutos esperándome.
Un ejemplo más de que para evaluar es necesario disponer de indicadores no solo adecuados, sino también suficientes para que nos puedan dar información sobre todos los aspectos del asunto que pretendemos conocer, conseguir, comparar o valorar.  Con ello, quiero traer a colación las dietas saludables y sostenibles que tanta polémica y debate suscitan de un tiempo a esta parte y que, con demasiada frecuencia, solo se analizan con escasos indicadores, normalmente ambientales, y que, por tanto, no consideran todos los factores implicados.
Precisamente, reconociendo que hay puntos de vista divergentes, los países solicitaron orientación a la FAO y a la OMS. Tras una consulta internacional, las dos organizaciones publicaron conjuntamente la siguiente definición que combina, para prevenir consecuencias no deseadas, tres enfoques- económico, social y ambiental: «Las dietas saludables sostenibles son patrones alimentarios que promueven todas las dimensiones de la salud y el bienestar de las personas; tienen una baja presión e impacto ambiental; son accesibles, asequibles, seguras y equitativas; y son culturalmente aceptables».
Es definitiva, tener en cuenta solo pocos indicadores, como la huella de carbono o la huella hídrica, puede dejar sin analizar otros aspectos ambientales como la biodiversidad, el origen, procesado y envasado o el desperdicio de los alimentos. Tampoco nos informarán sobre el desplazamiento de esos efectos a otros sectores o recursos ni como socioeconómicamente se ven afectadas culturas específicas y sensibles.  

ARCHIVADO EN: Dietas, OMS, Cambio climático, FAO