Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


… si el necio aplaude, ¡peor!

15/07/2022

Viendo el resumen de noticias del debate sobre el estado de la nación me ha venido a la mente la moraleja que nos da el insigne fabulista que fue Tomás Iriarte en la del oso la mona y el cerdo. El oso ensayaba  un baile y la mona no lo aprobó, con lo que el oso tuvo dudas sobre el arte con que lo hacía, pero cuando un cerdo lo aplaudió, ya no le cupo ninguna de que su número era desastroso.
El rumbo que ha marcado Pedro Sánchez en este importante debate no puede ser más negativo para España, porque, como en la fábula, además de que no ha habido ninguna persona con dos dedos de frente que sin estar subvencionada lo  haya aplaudido, ha sido alabado por quienes jamás han obtenido un solo éxito económico allá donde gobiernan sus ideas.
Es realmente increíble que el gobierno de un partido que se considera europeo y occidental se haya puesto tan claramente en manos de los radicales de todo orden, adoptando como propia la filosofía política de comunistas, bolivarianos y separatistas de la peor estofa que nadie pueda imaginar. Es claro que el papel desempeñado por Pedro Sánchez  en la cumbre de la OTAN no fue más que un teatro con el que cultivarse la imagen exterior del político europeísta del que dista  mucho.
Las propuestas sobre los impuestos a las productores de energía son una verdadera aberración desde todos los puntos de vista. En primer lugar, el mundo occidental con el que quiere mimetizarse cara al exterior no funciona a través de ocurrencias. Las inversiones son una cuestión demasiado seria para convertirla en eslogan de mitin. Pero, en el concreto caso de las compañías productoras de energía, llueve  sobre mojado. Ya dio el salto mortal  en el peor momento que consistió en dar la espalda a Argelia, uno de nuestros principales suministradores de gas. Ahora, cuando la energía es uno de los problemas más acuciantes que sufre la sociedad, en lugar de fomentar y favorecer todas las inversiones posibles para hacernos menos dependientes, lo que se le ocurre es castigar a quienes ponen sus recursos a su servicio.
Pero si desde el punto de vista económico la medida de esta subida  de impuestos es una absoluta torpeza, desde el punto de vista social tampoco puede ser más descabellado. Las empresas del sector de la energía  han sido desde siempre el refugio de planes de pensiones y pequeños inversores para garantizarse un complemento de sus ingresos como jubilados, precisamente porque ha sido un sector poco dado a aventuras y por tanto bastante estable. Esta medida ha hecho saltar todas las alarmas y no resultará fácil en el futuro convencer a estos fondos para que vengan a invertir a España.
Es obvio que Pedro Sánchez ha cogido el camino de Maduro y su embajador Zapatero. Sus reformas del Poder Judicial vienen a confirmar esta vía. La escora que está tomando es muy, muy peligrosa. Seguramente se diga que es una exageración temer por el sistema democrático, pero si vemos la trayectoria del personaje y su evolución desde que consideraba un peligro tener a los podemitas en el gobierno, más vale que las instituciones que aún no estén maniatadas se pongan en guardia. La ambición y falta de escrúpulos del personaje lo aconsejan.