Escuchar a Gabriel Rufián pidiendo que se lleve a cabo la homogeneización fiscal entre todas las comunidades autónomas, puede sonar bien si lo que se busca es eliminar los efectos frontera entre comunidades por el diferente tratamiento que los contribuyentes recibimos según nuestro lugar de residencia. Pero hay propuestas que son un caramelo envenenado.
Las comunidades autónomas tienen capacidad normativa en determinados tributos, entre los que se encuentran los de Sucesiones y Donaciones y el Impuesto de Patrimonio. Para hacernos una idea, entre las 15 comunidades autónomas de régimen común, la Comunidad Foral de Navarra y las tres provincias vascas con su régimen foral, las diferencias de cuota a pagar por el Impuesto de Sucesiones son muy significativas. La Comunidad que mejor trata a sus contribuyentes es Cantabria, con cuota cero, seguida por las Comunidades de Murcia, Andalucía, Extremadura y Madrid, con cuotas casi simbólicas. En Castilla-La Mancha, estamos situados a continuación con importes que pueden suponer 10 veces la cuota de las anteriores comunidades citadas, pero a muchísima distancia de las que más pagan que son Asturias, Aragón, Canarias y Cataluña.
 Y aquí es donde está el problema. El señor Rufián clama por la homogeneización fiscal para evitar que se note la excesiva presión fiscal que se ejerce sobre los ciudadanos residentes en Cataluña, muy por encima de las demás comunidades autónomas e, igualmente, dejar de lado el debate sobre el destino que la Generalitat de Catalunya, da al dinero de sus contribuyentes. Para bien o para mal, la situación derivada de la inflación que sufrimos ha dejado fuera del calendario legislativo todo tipo de reforma fiscal.
En estos momentos no 'vende' bien que se aumente la presión fiscal, cuando el alza de precios ha perjudicado la renta familiar disponible. Pero no pensemos que el señor Rufián no volverá a reclamar su deseada homogeneización. El objetivo a batir es el régimen fiscal de Madrid, pero los datos son curiosos, los contribuyentes más perjudicados por lo que el señor Rufián pide, serían los de Cantabria, Murcia, Extremadura y Andalucía, seguidos por los de Madrid y, a no mucha distancia, los de Castilla-La Mancha. Señor Rufián, gaste usted menos.