«Es un éxito sin precedentes». «Ha hecho posible que hoy en Castilla-La mancha seamos un poquito más felices de lo que éramos ayer». «Es una de esas cuestiones de las que nos podemos sentir muy orgullosos». Así de exultante se ha mostrado esta mañana el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, a la hora de valorar la aprobación en el Consejo del Agua del Plan de Cuenca del Tajo. Tan histórico le parece lo conseguido que incluso hizo un parón en su convalecencia (por desprendimiento de retina) para hacer un análisis de este hito.
Empezó destacando que ha salido adelante la subida del caudal ecológico del Tajo a su paso por Aranjuez. Ahora está en seis metros cúbicos por segundo de caudal mínimo, pero a partir del 1 de enero serán siete metros cúbicos de caudal ecológico. «Ecológico significa que sea agua en buenas condiciones», remarcó.
En 2026 se subirá a ocho y en 2027 a 8,65. Arroyo destacó que es muy importante que esa medición se haga en Aranjuez, donde el Tajo todavía no se ve arrastrado por el caudal del Jarama, un afluente que en ese punto lleva más agua que el río principal y además mucho más sucia. «Son las aguas residuales de Madrid», comentó. «Si hubiéramos medido en Toledo o en Talavera, hubiéramos incorporado el Jarama, que es el agua residual de Madrid». Además confirmó que no se han puesto condicionantes a estos caudales ecológicos, pues sería incumplir la sentencia del Supremo.
Con todo, el Plan de Cuenca también sube los caudales ecológicos a su paso por Toledo y Talavera. Se incrementan de manera paralela a los aumentos por Aranjuez hasta llegar al objetivo de 17,25 metros cúbios por segundo en Toledo y 18 en Talavera en 2027. Arroyo avanza que en la práctica serán bastantes más. «Con la cifra de Aranjuez, conseguimos una cifra muy por encima de lo que la propia planificación prevé», apunta. Arroyo calcula que se podría hablar de 25 metros cúbicos por segundo en Toledo y Talavera.
Otra de las cuestiones que subrayó Arroyo del Plan de Cuenca son los 1.000 millones de euros de inversión para depuradoras en Madrid, para que esa agua que llega por el Jarama lo haga en mejores condiciones. Por eso censura que la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, votara en contra.
Este Plan de Cuenca se notará también en los volúmenes que se puedan trasvasar al Levante, pues será necesario que vaya más agua por el cauce del Tajo. « Por primera vez se prioriza el cauce del río frente al trasvase, que las aguas del río fluyan por el Tajo y no vayan a desembocar al Mediterráneo», señaló. No es fácil precisar en cuánto se va a notar cada año porque los volúmenes de los trasvases dependen mucho de las reservas que haya en cabecera, es decir, de lo que llueva o nieve al año. Arroyo estima que el recorte de trasvases podría rondar entre los 70 y 80 hectómetros cúbicos al año.