Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Segundo round

17/10/2022

Segundo round entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo este martes en el Senado, porque no se puede contar la pregunta en sesión de control, visto y no visto por los tiempos que marca el reglamento. Esta vez, como el debate de hace tres semanas, será debate. Con cierta trampa y cartón porque también el presidente cuenta con tiempo ilimitado mientras el líder de la oposición solo 15 minutos iniciales y 5 de réplica, y además el presidente de la Cámara no le deja pasarse ni un segundo, o así ocurrió en el primer cara a cara.

Hay morbo. Se comprende. Entre el primer y segundo asalto se ha producido un encuentro entre Sánchez y Feijóo que acabó como el rosario de la aurora, clima gélido y sin acuerdo.

No se pueden ni ver. Sánchez hace alarde de considerar a Feijóo un mindudi, que no sabe nada de política internacional y casi nada de política económica. Feijóo considera que el presidente hace lo que le mandan sus socios de gobierno, roza constantemente la Constitución, engaña a los ciudadanos con sus promesas de bienestar y sus pronósticos de futuro, y con sus iniciativas nos conduce directamente al desastre económico.

El combate llega con anuncios previos, solapados, de que en las horas anteriores podría producirse el acuerdo para la renovación del CGPJ, que negocian permanentemente Bolaños y Pons y que dicen las malas lenguas que están hartos de amarrarlo y que a continuación lo desamarra Pedro Sánchez cada vez que Bolaños le anuncia que ha habido avances. Y hablando de Bolaños, no se comprende que la titular de Justicia acepte que el asunto más delicado de su departamento lo negocie otro ministro. Si tuviera vergüenza torera, o una mínima dignidad, Pilar Llop ya le habría dicho al presidente que lo negocia ella o se va a su casa. Pero aquí nadie dimite. Aunque lo haga mal, o aunque el presidente de gobierno haga ver urbi et orbe que no confía suficiente en un miembro de su equipo como para encargarle que se ocupe del asunto más difícil de su ministerio.

El tono del debate de este martes, insulto o no insulto, dependerá de que se llegue al Senado con o sin acuerdo sobre la renovación del CGPJ. Bruselas aprieta con ese asunto, y aprieta también con que el gobierno debe ser más preciso en sus explicaciones sobre el destino de los fondos europeos. Quiere detalles antes de enviar la nueva remesa fijada en el calendario. Así que Sánchez se andará con ojo antes de tratar a Feijóo como si fuera un pardillo de la política, como hizo en la primera.

Que se ande con cuidado el presidente porque aquel debate en el que apareció más sobrado que nunca, impertinente y aburrido -para decir cosas importantes bastan diez minutos, no hace falta una hora- no lo ganó ni de broma. Estuvo además tan insultante a falta de argumentos, que se convirtió en un personaje profundamente antipático.


 


 


 


 

CRONICA PERSONAL

SEGUNDO ROUND

Por Pilar Cernuda

Madrid 16

Segundo round entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo este martes en el Senado, porque no se puede contar la pregunta en sesión de control, visto y no visto por los tiempos que marca el reglamento. Esta vez, como el debate de hace tres semanas, será debate. Con cierta trampa y cartón porque también el presidente cuenta con tiempo ilimitado mientras el líder de la oposición solo 15 minutos iniciales y 5 de réplica, y además el presidente de la Cámara no le deja pasarse ni un segundo, o así ocurrió en el primer cara a cara.

Hay morbo. Se comprende. Entre el primer y segundo asalto se ha producido un encuentro entre Sánchez y Feijóo que acabó como el rosario de la aurora, clima gélido y sin acuerdo.

No se pueden ni ver. Sánchez hace alarde de considerar a Feijóo un mindudi, que no sabe nada de política internacional y casi nada de política económica. Feijóo considera que el presidente hace lo que le mandan sus socios de gobierno, roza constantemente la Constitución, engaña a los ciudadanos con sus promesas de bienestar y sus pronósticos de futuro, y con sus iniciativas nos conduce directamente al desastre económico.

El combate llega con anuncios previos, solapados, de que en las horas anteriores podría producirse el acuerdo para la renovación del CGPJ, que negocian permanentemente Bolaños y Pons y que dicen las malas lenguas que están hartos de amarrarlo y que a continuación lo desamarra Pedro Sánchez cada vez que Bolaños le anuncia que ha habido avances. Y hablando de Bolaños, no se comprende que la titular de Justicia acepte que el asunto más delicado de su departamento lo negocie otro ministro. Si tuviera vergüenza torera, o una mínima dignidad, Pilar Llop ya le habría dicho al presidente que lo negocia ella o se va a su casa. Pero aquí nadie dimite. Aunque lo haga mal, o aunque el presidente de gobierno haga ver urbi et orbe que no confía suficiente en un miembro de su equipo como para encargarle que se ocupe del asunto más difícil de su ministerio.

El tono del debate de este martes, insulto o no insulto, dependerá de que se llegue al Senado con o sin acuerdo sobre la renovación del CGPJ. Bruselas aprieta con ese asunto, y aprieta también con que el gobierno debe ser más preciso en sus explicaciones sobre el destino de los fondos europeos. Quiere detalles antes de enviar la nueva remesa fijada en el calendario. Así que Sánchez se andará con ojo antes de tratar a Feijóo como si fuera un pardillo de la política, como hizo en la primera.

Que se ande con cuidado el presidente porque aquel debate en el que apareció más sobrado que nunca, impertinente y aburrido -para decir cosas importantes bastan diez minutos, no hace falta una hora- no lo ganó ni de broma. Estuvo además tan insultante a falta de argumentos, que se convirtió en un personaje profundamente antipático.