«Los toledanos y toledanas tenemos una gran responsabilidad. Somos custodios de un patrimonio que no es sólo nuestro, pertenece a toda la Humanidad, a todos los tiempos, trasciende fronteras».
Así lo entiende la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, que esta tarde en San Juan de los Reyes ha sido la pregonera del Cristo de la Humildad, una Hermandad refundada en 2006 y cuyos 400 hermanos y hermanas, más los 49 que mañana reciben los hábitos, son «portadores de una ancestral tradición que se mantiene, vive y prolonga desde hace más de cuatro siglos».
El Cristo de la Humildad es una de las procesiones del Miércoles Santo toledano, una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional. Es un título que nos enorgullece especialmente a todos los toledanos y a todas las toledanas y que nos llena de responsabilidad, pues convierte a nuestra ciudad en un foco de atracción cultural que, desde el Ayuntamiento, estamos cuidando y potenciando», subrayaba la alcaldesa, que elogiaba la contribución de todas las Hermandades y Cofradías toledanas. «Su labor es fundamental para mantener y generar la proyección universal de nuestra Semana Santa», aseguraba.
Milagros Tolón, durante el pregón.«Vuestra tarea trasciende el espacio físico y el momento actual. Sois custodios de ritos y testimonios cuyas raíces se pierden en tiempos remotos. Y mantener una tradición secular supone una inestimable aportación en la forja del carácter identitario de Toledo, por el que somos reconocidos en el mundo entero como Ciudad Patrimonio de la Humanidad», señalaba la alcaldesa durante el pregón en el que recordaba emocionada la «bellísima dedicatoria» que el capataz de la Hermandad dedicó en la primera levantá del año pasado al salir el paso, obra del escultor Darío Fernández, de San Juan de los Reyes por vez primera después de dos años de pandemia. La dedicatoria rezada así :'que no se os olvide nunca dar un beso a vuestra madre y a vuestro padre, aprovechad que los tenéis. Siempre estarán con nosotros, pero hay que recordarlos. Yo se lo voy a pedir el Señor con esta levantá, que de un beso a los míos'.
La alcaldesa de Toledo también glosó las virtudes que menciona la oración cofrade: paciencia, bondad, esperanza, buena fe, buen sentido, tolerancia, prudencia, humildad y buen humor.
«Son estos valores de la vida cristiana, pero comunes en una sociedad moderna, activa, dinámica, generosa, igualitaria, justa y solidaria, que es lo que todos queremos para Toledo y para el resto de España y que comparto como alcaldesa, como toledana y como española», afirmaba Tolón.
Uno de los valores entre los que se encuentra la humildad. «En una época en la que a menudo valoramos el poder y la riqueza por encima de todo, la figura del Cristo nos destaca la importancia de ser humildes y sencillos en nuestras vidas. Nos invita a ser conscientes de los demás, a ser empáticos y a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras. En un mundo donde se valora la arrogancia y el orgullo, el Cristo de la Humildad es un recordatorio de que la verdadera grandeza viene de la humildad y la compasión», concluía la alcaldesa de Toledo que no dudó en afirmar que la salida del Cristo de la Humildad es «uno de los actos más emocionantes de cuantos se congregan en la Semana Santa toledana».
«La cruz de guía. Los cargadores, de rodillas, al son, con el paso corto y lento. Las órdenes precisas del capataz. Una perfecta coreografía. El umbral. La salida. El himno de España. El silencio. La dedicatoria. El golpe del llamador. La primera levantá, el momento sublime y el fervor religioso que estalla en aplausos y acordes de la banda de música. El conjunto es una estampa única, intensa y ya icónica de nuestra Semana Santa», concluía Tolón, que ha estado acompañada de la portavoz del Gobierno municipal y concejala de Obras, Noelia de la Cruz, y el edil de Deportes, Pablo García. Al pregón también ha acudido el concejal del PP, Pablo Corrales.