Rafael Castellvi: un pionero del aire en el ejército español

Beatriz Jiménez
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El malogrado capitán de Ingenieros fue uno de los primeros pilotos del Servicio de Aeronáutica Militar, dependiente del Ejército hasta después de la Guerra Civil, antes de la creación del Ejército del Aire

Rafael Castellvi: un pionero del aire en el ejército español

Desde momentos muy tempranos, el Ejército supo ver el alto potencial de los aparatos voladores tanto para la estrategia como para las campañas militares. El origen lo encontramos en los vuelos de globos aerostáticos. Aunque hubo intentos anteriores, se considera el nacimiento de la aerostación el año 1783, con el vuelo en globo de los hermanos Montgolfier. Tan sólo un año después encontramos los primeros vuelos en España, año en el que el capitán de Artillería Joseph Louis Proust diseñó y construyó el primer globo militar. Pese a los informes favorables, no será hasta 100 años después cuando se cree la primera Unidad de Aerostación. En 1896 nace el Servicio de Aerostación Militar, al mando del entonces comandante de Ingenieros Pedro Vives.

La figura de Vives será fundamental para el nacimiento de la aeronáutica militar española. Junto con capitán Alfredo Kindelán, del mismo Cuerpo, fueron testigos de los primeros vuelos en aeroplano (recordemos que el primer vuelo en un aparato con motor fue el de los hermanos Wright en 1903), recomendando la adquisición de aparatos para el Ejército. Así, el 2 de abril de 1910 nace la Aviación Militar Española, quedando bajo la competencia del Cuerpo de Ingenieros. En 1911 se compra el terreno del futuro Cuatro Vientos para construir el aeródromo y la escuela de pilotos. Los primeros aviones, adquiridos en Francia, y que llegaron por carretera a través de los Pirineos, serán de la marca Farman, ampliándose posteriormente con Britol Boxkite.

En 1913 se crea el Servicio de Aeronáutica Militar, con Vives al frente. El parque aeronáutico estaba formado en ese momento por cuatro aviones Farman MF, tres monoplanos Niueport y cuatro biplanos Lohner Pfeilflieger. Además de la escuela de Cuatro Vientos, surgieron otras escuelas de vuelo militares, como la de Tablada en Sevilla (1914) o el Aeródromo del Campo del Ángel en Alcalá de Henares (de uso militar a partir de 1914), en la cual se formó el capitán Rafael Castellví, perteneciente al Cuerpo de Ingenieros, obteniendo el título de piloto en octubre de 1914.

Pocos meses después, el 30 de diciembre, Castellví realizó un vuelo en el Aeródromo de Cuatro Vientos a borde de un Farman 14. Este tipo de aviones contaban con una amplia superficie de sustentación, lo que le permitía realizar un despegue sin problemas. Pero precisamente por su gran envergadura y poco peso, su maniobrabilidad en el aire era complicada. Castellví no tuvo problemas en el despegue ni en los 20 minutos que duró su vuelo, llegando a alcanzar los 100 metros de altura. Pero a la hora de aterrizar no fue así. Estando a unos 60 metros del suelo, apagó los motores para aterrizar planeando, cosa habitual en estos primeros vuelos. A unos 40 metros, el avión dio un fuerte viraje, precipitándose de morro hacia el suelo. Pese a la rápida asistencia y su traslado al Hospital Militar de Carabanchel, Rafael Castellví falleció como resultado de una herida en la cabeza. 

El uniforme que hoy les presentamos es el que utilizaba para los vuelos. El casco y la cazadora de cuero marrón fueron realizados en Francia, siendo los pantalones (de tipo breeches, azules con listas rojas en los laterales), polainas de cuero y botas los habituales de la uniformidad del Cuerpo de Ingenieros en aquel momento. El conjunto se completa con unas gafas de vuelo, de las que ignoramos su lugar de fabricación. Debido a su corta utilización, el uniforme se encuentra en excelente estado de conservación.