La Pasarela seduce a Édgar Vittorino

M.G
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El actor colombiano, muy popular desde la serie 'Vivir sin permiso', estuvo hace dos fines de semana en Toledo preparando su próximo personaje en los estudios de grabación situados en el Polígono

El actor colombiano Édgar Vittorino - Foto: LT

Hay secretos que invitan a preguntar más de una vez aunque no puedan ser contados todavía. Eso lo sabe bien el actor Édgar Vittorino desde hace tiempo y de cada uno de sus proyectos cinematográficos y televisivos. Cada uno a lo suyo. Los anuncios son para las productoras, distribuidoras y las empresas que están detrás de los títulos, un pacto que hay que respetar y mimar a pesar de que a uno le guste hablar de sus personajes y tenga ganas de compartir nuevos retos laborales.

«No puedo contar nada sobre mi visita a Toledo». Édgar Vittorino es consciente de que no ha pasado desapercibido hace un par de fines de semana durante las horas que estuvo en los estudios 'La Pasarela' de su gran amigo Iván. La música tiene mucho que ver con el personaje de su próxima película y estos locales de ensayo ayudan «a prepararse». Tampoco puede decir si encarnará a un músico o no, lo único que puede desvelar es que La Pasarela se ha convertido en un buen escenario para ensayar y volverá a cobijarse en estas instalaciones ubicadas en el Polígono para seguir trabajando pese a que el rodaje no se realizará en Toledo.

«Estoy muy contento con lo que estoy haciendo. Voy interpretando personajes y cada uno de ellos me van transformando y enseñando cosas». Édgar se muerde la lengua porque toca, pero se le escapa que este proyecto guarda relación «con la música española». Seguirá siendo un secreto cuál será su personaje, la trama de la peli, los compañeros de reparto y la dirección. Eso sí, calcula que la película podría comercializarse dentro de un año. De momento,  no tiene más proyectos cinematográficos, «aunque sí hay opciones», pero tendrán que esperar «porque el tiempo no da para más».

No es la primera vez que el actor colombiano viene a disfrutar de Toledo. «Vengo a menudo porque me encanta la ciudad, es una de mis favoritas». Habla de 'El Greco', de rincones y, sobre todo, de un Casco histórico con mucha historia que quiere ir desentrañando poco a poco. Y ya tiene excusa y un buen anfitrión, Iván Losilla, uno de esos buenos amigos a los que hay que venir a ver de vez en cuando.

estrenos. Édgar probó suerte como actor en España y encontró un hueco en primera fila con Freddy, el narcotraficante colombiano, malo malísimo, que complica las vidas de José Coronado y de su hija pequeña en la serie 'Vivir sin permiso'. Un papel que nació para un par de capítulos y creció porque era de esos malos que se quedan en la retina por lo bien intepretado. Después vino Caimán, un preso muy peligroso en 'Vis a Vis' y  otros papeles en series  y producciones cinematográficas, como Bajocero, de Lluíss Quílez, en la que da vida a otro recluso, o 'Nieva en Benidorm, de Isabel Coixet.

Si bien, las series es lo que más proyección le ha dado en estos últimos años. Édgar sabe que algunas plataformas, como Netflix, abren la puerta a otros trabajos, como le pasó 'Bajocero', una película que traspasó fronteras y se dio a conocer «a medio mundo». Gracias a esta difusión volvió a sonarle el teléfono para otros papeles intensos y muy exigentes.

«Ya no hace falta ir corriendo a Hollywood». Lo dice con sinceridad y con la misma dosis de agradecimiento por su acogida como actor en España. Se bate con los grandes del cine español en distintas producciones y estos días anda muy contento porque se estrena en Amazon Vídeo la tercera temporada de 'Desaparecidos', la serie que capitanea Juan Echanove desde hace dos temporadas. Esta vez, sustituyó al actor Maxi Iglesias y encarna a Rubén Castillo, otro papel ligado a las bandas de narcotraficantes.

El actor también está en Netflix con la serie 'Centauro' desde hace tres meses, el último proyecto de Calparsoro, en el que repite papel de narco porque lo aprueba con matrícula. Aun así, no es un actor encasillado aunque los malos le encajen. Édgar está muy orgulloso de la última ficción que ha rodado hace poco en Australia, en la que interpreta al novio homosexual de uno de los nietos que heredan la casa de su abuelo. Se trata de una comedia negra basada en un historia real que trata el tema del suicidio.

La agenda está llena, pero el teléfono de Édgar suena también para campañas publicitarias. Es prudente «porque no todo vale» y escoge trabajos que encajan con su trayectoria o significan algo para él, como la última campaña de Iberia de vuelos entre Colombia y España. Ahí sí hay maletas, sueños y parte de su historia.