Esta cuarta entrega la iniciamos con el mes de mayo, también conocido como el mes de las flores, un mes donde aún hoy los mozos y las mozas siguen cantando los tradicionales 'mayos' dedicados a la Virgen. Un 14 de mayo de 1612 ocurrió algo curioso y es que se eclipsó la luna y pocos días después, o sea el día 30, concretamente a las nueve horas y cuarenta minutos de la mañana, se eclipsó también el sol en el signo de Géminis, lo cual según predijo el sabio y alquimista Hermes Trimegisto era sinónimo de infortunios y malos acontecimientos y de ahí que se achacaran a aquella coincidencia de eclipses, las enfermedades que en ese momento azotaban la península. Una de ellas fue el conocido como garrotillo -es decir la actual difteria-, una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphteriae. El antiguo nombre de esta enfermedad viene dado por la similitud de la muerte por difteria con el término de 'dar garrote', es decir la muerte producida por los ahogados con un cordel o similar. Por otro lado, desde hace siglos se considera al mes de mayo como un periodo ideal para la brujería y la magia natural; se recupera en estos días el ritual del árbol de mayo, momento en el que las parejas de jóvenes salían al campo a celebrar este ritual que recuerda ancestrales tradiciones de fertilidad y de ahí que en alguna ocasión se relacionara con la brujería. En este mes se elegía un árbol que se le consideraba sagrado –denominado mayo- al cual le pelaban las ramas, menos en su parte final y alrededor del mismo se celebraban diversos rituales. Hay autores que ven en este árbol con esa forma un símbolo fálico que de nuevo nos habla del concepto y adoración a la fertilidad. Lo interesante es que precisamente en nuestra provincia y por extensión en toda La Mancha, estas festividades siguen en auge y las conservamos con todo el cariño que merecen, como parte de nuestro rico y mágico pasado. También es cierto que mayo es el mes de la alegría y de los cambios a mejor tiempo y el primer día de mayo era el único día del año en el que se podía llevar a casa el majuelo, esa planta sagrada que servía para honrar a la diosa de la primavera, marcando el cambio de estación.  

En la provincia de Toledo tenemos decenas de fiestas alrededor del 1 de mayo, como por ejemplo en Ajofrín donde siguen celebrando la conocida como Feria Chica, una fiesta en la que tiene lugar la Entre de la Virgen, un acto que escenifica la entrega de la imagen de la Virgen de Gracia al pueblo de Ajofrín por los representantes de la localidad de San Pablo de los Montes, lugar donde esta imagen se apareció al conocido como pastor Magdaleno; igualmente tiene lugar la misa, el pasacalles y la subasta de objetos a beneficio de la Virgen, así como la tradicional verbena. Otro punto de la provincia donde celebran el 1 de mayo es Corral de Almaguer, donde la víspera ya se reúnen los grupos folklóricos de la localidad para cantar en la puerta de la iglesia, llevando un farol de colores y entonar el canto denominado mayo, que se ofrece a la Virgen de la Muela; poco después esos cantos se dedican a las chicas más jóvenes yendo a sus propias casas a cantárselos y el día 1 de mayo será prácticamente todo el pueblo quien se desplace hasta la ermita de la Virgen para cantarle otra vez los mayos. En Corral de Almaguer es aceptada la teoría de que los cánticos que aún siguen entonado cada año, tienen mucho que ver con aquellas canciones con las que sus antepasados pretendían enamorar y/o conquistar a las mujeres con la que contraerían matrimonio; no dejaba de ser una forma de buscar a la pareja ideal y atraerla con diversos cánticos que remarcaran las cualidades y el cuerpo de aquellas mujeres. 

Nos desplazamos ahora a La Iglesuela, donde también el 1 de mayo celebran la fiesta y la romería en honor a la Virgen de la Fuensanta. Anteriormente a este día se celebra el tradicional novenario a esta imagen, que previamente han trasladado los vecinos al templo parroquial. Se celebra la víspera de la fiesta a las doce de la noche, en la misma puerta del templo parroquial, 'echando la ronda' a la Virgen y donde participan todos los voluntarios que lo deseen, siempre pidiendo la vez para intervenir. El mismo día 1 tiene lugar la procesión, dentro de la cual se realiza una parada en la cuesta del Arroyo, para despedir a la Virgen y cantarle la Salve; a continuación, tiene lugar la romería, cargada de emotividad, fiesta y alegría. En la ermita se realiza la puja de las mangas y la degustación del 'jornajo', un bollo típico de La Iglesuela. Tanto los vecinos, vecinas como todo aquél visitante que se acerque a la población, deben beber el agua de la fuente y comer el 'jornajo', ya que estas dos tradiciones hay que completarlas si participamos en la romería. 

En Santa Olalla durante el primer domingo de mayo se celebran las fiestas mayores de la Virgen de la Piedad, alrededor de la cual se articulan diversos actos y celebraciones. Recordemos que esta Virgen es la patrona del lugar y por ello se realizan novenas, misas, procesiones y ofrendas de flores en su honor. La hermandad de la Virgen formada por más de mil hermanos se encarga cada año de perpetuar la devoción y la Fe que en la localidad tienen a esta imagen. También se celebra el consabido pregón y la coronación de la Reina y las Damas de Honor, que llevan realizando desde 1973. Como no podía ser de otra forma, podemos disfrutar de verbenas, orquestas y los esperados desfiles de carrozas y comparsas, además de diversos festejos taurinos. 

Seguimos en mayo, pero en esta ocasión en el día 3, cuanto en Buenaventura se celebra la fiesta de la Cruz de Mayo, unos días muy importante para los buenaventureños y buenaventureñas, que solemnizan la fiesta de la Cruz con la correspondiente misa, diversas actuaciones y actos festivos alrededor de este día, convirtiéndolo en otro de los enclaves toledanos que recomendamos visitar, por ejemplo, el próximo mes de mayo.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.