No es una noticia novedosa que la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) fuera a hacerse cargo de este proyecto, pero el organismo público ya ha hecho oficial más detalles sobre su futura actuación en esta joya histórica de la ciudad, nunca mejor dicho, por ser el hogar en su día de José Navarro, orfebre que realizó la corona que posteriormente recibió la que fuera Reina de España, Isabel II.

Lo que no se sabía de este proyecto, entre otras cuestiones, es que recibirá una inversión total de dos millones de euros para la rehabilitación integral de este edificio datado en el siglo XIX. Dicha actuación contempla un futuro espacio con diferentes usos, entre los que han destacado un despacho institucional para la propia Confederación Hidrográfica del Tajo, una o varias salas de exposiciones culturales, un centro de interpretación del Río Tajo y una zona de restauración en su terraza. 

Aunque en la presentación celebrada esta mañana en el Patio del Ayuntamiento, Gonzalo Abella, como arquitecto encargado del proyecto, sobre este último uso de la terraza sólo habló de una funcionalidad a modo de catering para las actividades que allí se realicen, tampoco descartó una futura concesión para desarrollar este servicio. En este sentido, La Tribuna ya adelantó en  el mes de abril del pasado año que la CHT tenía intención de abrir un espacio hostelero en esta «idílica terraza con vistas al río y al Cerro del Bú», como ha calificado Gonzalo Abella.

El edificio que se va a someter a una rehabilitación integral con un presupuesto, previo a esos dos millones de euros, de 130.000 euros para su estudio o redacción del mismo se encuentra en «una situación de deterioro importante», tal y como describió Antonio Yáñez, presidente de la CHT. Éste concretó que los trabajos están previstos que comiencen a finales de este año o a inicios de 2024 con un plazo de ejecución de 12 meses a raíz del comienzo de dichas obras.

El proyecto actual contempla recuperar las tres alturas del edificio que se perdieron con la rehabilitación que el arquitecto Fernando Chueca Goitia realizó en 1970, culminándose con «una lucernaria que simula la parte superior de un diamante», haciendo así honor a su nombre.

Hasta llegar a esa situación se tendrán que realizar diferentes labores de mantenimiento, ya que el inmueble actualmente está afectado por termitas, humedades o derrumbes. De hecho, según comentó el arquitecto, la terraza mencionada presenta en su superficie restos de escombros de unos muros de la senda ecológica que se desprendieron durante la Dana que azotó la ciudad en el mes de septiembre de 2021 y que el proyecto de rehabilitación del edificio histórico prevé también su reconstrucción.

Un imbueble que como detallaron los responsables del proyecto cuenta con un patio central a doble altura, cuevas, un antiguo pozo y diversos miradores al río, pese a su deterioro y la evolución histórica a la que se ha ido sometiendo a lo largo de los años por los efectos de la Guerra Civil Española, entre otras causas. 

José Navarro, el orfebre toledano que dio nombre a la Casa del Dimantista, también es considerado uno de los pioneros en evaluar y recomponer las coronas godas descubiertas en el tesoro de Guarrazar.En la década de los noventa el inmueble acogió la Escuela Taller de la ciudad, ahora se enfrentará a nuevas funcionalidades.