El año 2023 digamos que no ha arrancado al derecho para María Espinosa. Pero quedarse fuera del podio en el Campeonato de España celebrado en Orense, a nivel individual, ha supuesto un espaldarazo en el ánimo de la karateca toledana, que quiere afrontar una temporada larga con toda la ambición posible.

Con un Europeo y un Mundial por delante, la integrante del CD Kidokan es consciente de que no haber 'cogido' medalla en el Nacional merma sus opciones de, por lo menos, clasificarse para la cita continental. Pero, aguarda a la opción de que, al disputarse en España, en Guadalajara, «incluyan más equipos en la competición conjunta, y podamos estar».

Espinosa reconoce que fue muy doloroso no poder acceder siquiera a la pelea por el bronce después de acumular tres años como campeona y diez en el podio, desde la categoría Cadete. «Cuando no tienes lo bueno, te vienes abajo, pero, gracias al equipo, seguí hacia adelante», añade la karateca capitalina.

Así las cosas, con la vía internacional prácticamente inaccesible, los esfuerzos van a estar puestos en recuperar su dominio nacional dentro de la categoría -61 kilos, en Kumite. Para ello, María Espinosa necesita revalidar el título de 'grand winner' que trae del año pasado en la Liga Nacional RFEK. «Hay que volver a ser medalla para intentar estar en alguna cita internacional», argumenta la karateca, que, eso sí, si no consigue participar en el Europeo con el equipo nacional de Kumite, irá como espectadora: «Hay que apoyar al kárate profesional, y más cuando es en casa».

Por lo demás, Espinosa apunta a un incremento de nivel de este deporte en muchos países. De ahí que cada vez sea más complicado acudir a un Europeo o a un Mundial. «Ahora, desde la ronda 1 es una final», explica. Lo que no quiere perder de vista, aunque ahora se vea muy lejano, son los Juegos Olímpicos. Se pelea porque el kárate vuelva en 2028. «Aunque me retirase ahora mismo, me prepararía para ir», concluye.