Ocho mil almas lo dan todo 'como si fueran a morir mañana'

J.S.
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Leiva se citó en La Peraleda con un público entregado, al que no le importó esperar algo más de media hora sobre el horario establecido, y que coreó y bailó todas sus canciones

Toledo tenía ganas de Leiva. Más de 8.000 personas se congregaron en el recinto ferial de La Peraleda con un concierto incluido dentro del tour 'Cuando te muerdas el labio' título también del quinto y último disco del que fuera el cincuenta por ciento de Pereza.

Un público entregado, al que no le importó esperar algo más de media hora sobre el horario establecido, coreó y bailó todas sus canciones. El éxtasis llegó, como no podía ser de otra manera, con himnos como 'Lady Madrid', con el que cerró el turno de bises, o 'como si fueras a morir mañana', donde el desenfreno y las ganas de disfrutar del músico, compositor y multiinstrumentista madrileño que comenzó en el mundo de la música en la localidad toledana de Olías del Rey como recordó.

Leiva, que demostró en el escenario un directo arrollador, hizo vibrar a los presentes con temas como 'No te preocupes por mí' o 'Superpoderes' donde el 'siempre, siempre, siempre' se pudo escuchar a buen seguro desde la plaza del Ayuntamiento. Asimismo, hubo guiños a su época como integrante de 'Pereza' y entre las canciones del repertorio se coló 'Estrella Polar' para dejar claro que 'no hay sitio para los dos'.

Ocho mil almas lo dan todo ‘como si fueran a morir mañana’Ocho mil almas lo dan todo ‘como si fueran a morir mañana’También hubo capítulo para la anécdotas. Por ejemplo, teniendo a Leiva como testigo, el novio de Sara la pidió matrimonio y ella no dudó en contestar que sí para alegría de toda la banda.

Otro de los motivos emotivos fue cuando Mateo, un niño de cinco años que se sabe todas las canciones de Leiva, pudo conocer a su ídolo antes de que comenzara el concierto en un recinto en el que para esta ocasión se había prescindido del graderío instalado para escuchar a Vanesa Martín.

Ocho mil almas lo dan todo ‘como si fueran a morir mañana’
Ocho mil almas lo dan todo ‘como si fueran a morir mañana’
El desmayo de una mujer al final del concierto, que fue atendida  primero por la seguridad del concierto y después por el equipo de Protección Civil fue la única incidencia destacable, junto con las eternas colas que se formaron para pedir una bebida. Sin ser en ningún momento el desastre del 'Capital Fest', los camareros no daban abasto a poner las copas que con anterioridad tenías que haber pagado en una zona diferente. Esa doble espera en la cola, unido a que algún camarero estaba más preocupado en pasearse por la barra en vez de servir copas, hizo que un tercio del concierto -media hora como mínimo- se esfumara esperando ser atendido.