Está ligeramente por debajo de la media nacional, pero este dato revela que 6 de cada 100 partes enviados al seguro en la provincia de Toledo son falsos. Son cifras que trascienden del VI Barómetro de fraude al seguro que ha presentado 'Línea Directa'. Con un trabajo de campo llevado a cabo en diciembre de 2021, la encuesta reúne los datos correspondientes a los años 2019 y 2020. La conclusión principal del informe es que  la Covid 19 disparó el fraude en todo el país aupando la proporción de estafas en vehículos al 21 por ciento, aunque es notorio que el importe de estas falsedades es menor, bajando de los 1.296 euros medios en 2018 a los 1.130 en 2020 por cada caso.

Aunque se trata de un informe que plasma datos del conjunto del país, se pueden desgranar algunas cifras por provincias. En el conjunto de las estafas al seguro, ya sean de auto, de hogar u otras, la media nacional se sitúa en torno al 6,3 por ciento, ubicándose Toledo en mitad del escalón, entre el 5,6 y el 6,5 por ciento de fraude entre los partes comunicados, casi dos puntos más de los detectados en el barómetro anterior. Dentro de Castilla-La Mancha, Cuenca se encuentra en el podio de las ciudades que más estafan a las compañías. Según este estudio, el perfil del estafador suele ser de género masculino, menor de 40 años y en dificultades económicas agravadas por la pandemia. Además, aporta que al 36 por ciento de los hombres de entre 18 y 24 años le han propuesto participar en un fraude alguna vez.

En mejor lugar dejan a la provincia los datos que abarcan el número de redes mafiosas u organizadas contra el seguro. Toledo, junto con las demás provincias castellano-manchegas y la zona centro del país apenas registra 1 mafia de estas características por cada millón de habitantes. La media nacional llega casi a las 4 redes por millón de personas. 700 bandas organizadas fueron detectadas en la última década, descendiendo a 74 en el último año analizado, lo que se vincula a las dificultades logísticas provocadas por el confinamiento. El coste medio de este tipo de fraudes ronda los 7.500 euros; 6,6 veces más que en las estafas convencionales. 

Otras conclusiones del barómetro indican que el fraude en el hogar alcanza el 2,7%, el máximo de la serie histórica, aunque se trata de un incremento moderado con respecto al de años anteriores, ubicado en el 2,4%. En cuanto a los españoles encuestados, el informe refleja literalmente que «2 de cada 3 automovilistas creen que el fraude es censurable, pero 7 millones dicen que lo cometerían si no se fuera a descubrir. Unos 3,3 millones de conductores reconocen haber mentido al seguro y la mitad no se arrepiente. Casi 3 de cada 4 españoles denunciarían a otra persona si obtuvieran un beneficio económico con ello».