Asaja ha roto su silencio sobre el brote de viruela ovina que se ha expandido por algunas explotaciones de la región. «Hemos estado callados desde que empezó, en septiembre del año pasado», expuso esta mañana el presidente en funciones de esta organización agraria, José María Fresneda. Y rompió el silencio para reconocer que se ha actuado tarde y que los costes que está suponiendo para el sector son mucho más abultados que las cifras de indemnizaciones que se proponen. 

«Desde que se detectó el primer foco a la inmovilización han pasado cuatro meses», se quejó Fresneda, que cree que «se llegó tarde». Es más, señala que los propios ganaderos eran los que pedían la inmovilización de las cabezas para evitar los contagios en el transporte. «¿Por qué se tardó tanto en tomar la medida?», se pregunta.

Fresneda cree que este 'confinamiento' de ovejas y cabras dará resultado. Confirma que no ha habido ningún foco nuevo en los últimos días y augura un corte de la transmisión de la enfermedad. «Si no se levanta la inmovilización, no se va a aumentar, porque todo esto se transmitía por el transporte», explica. 

Ahora queda recuperar un sector al que esta crisis sanitaria le está pasando factura económicamente. Según los cálculos de Asaja, se estaría entre los 24 y 26 millones de euros. Por un lado, calcula que  con el sacrificio de oveja manchega se han perdido 6 millones, por las ovejas lacaune 1,6 millones y por los corderos 1,2 millones. Le suman 5,5 millones de leche que se ha dejado de producir, 4 millones de costes salariales y entre 5 y 6 millones de pérdida de renta por reposición hasta el primer parto. 

Por eso a Asaja le parece poco la cifra que se ha dado hasta el momento de 4 millones de indemnización, tal y como anunció la Consejería de Agricultura. Además Fresneda resalta que «todavía no se ha pagado». «El consejero dice que ya están cobrando, pero ¿qué necesidad de no jugar limpio?», se cuestiona. 

Fresneda explica que el gasto de una oveja manchega es de 380 euros, pero que por su sacrificio la indemnización se queda en 110. Y recuerda que no solo salen perdiendo los ganaderos a los que se sacrifica el ganado por tener un foco, sino que el resto están asumiendo más costes por no poder llevar sus corderos a los cebaderos o en los trabajos de desinfección. 

Presentarán un proyecto para congelar embriones. La raza de oveja manchega es un emblema para la región. Por eso desde Asaja están trabajando en un proyecto con la UCLM para la congelación de embriones, con el objetivo de preservarla. «Lo vamos a presentar, para ver si lo aprueban», expuso Fresneda.