Vivir mirando al cielo con miedo

M.G
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Varios locales del Paseo de la Rosa sufrieron de nuevo inundaciones con la granizada del miércoles. Los que disponen de escalón a la entrada se salvaron de la balsa de agua que se formó en 10 minutos

¡Agua va, Paseo de la Rosa! - Foto: David Pérez

En el Paseo de la Rosa se mira demasiado al cielo desde el miércoles por la tarde y se pide que no llueva, más bien que si tiene que caer agua lo haga «despacito» y en poca cantidad porque saben por experiencia, ya llevan tres trombas de agua en menos de un mes, que cuando una tormenta se empecina en convertirse en una riada no hay quien la pare. 

Los comerciantes y vecinos de esta zona del barrio no le dan mucha importancia a los números, muchos no saben que la granizada que se cebó con Toledo de nuevo el martes por la tarde, sobre las 19:45 horas, solo necesito diez minutos para descargar 14,4 litros de agua por metro cuadrado para volver a amenazar negocios, anegar garajes y poner en aprieto a nuevos establecimientos y a los que intentan recuperarse de las inundaciones que sufrieron a primeros de septiembre.

«Aquí empezó todo con un géíser y en unos minutos casi nos entra agua en el restaurante», explica un camarero de ‘La Masía’, ubicado en  la calle Fuente Nueva, cerca de la última rotonda que conecta con la Ronda del Arroyo. El negocio se salvó de una nueva inundación orporque a la entrada tiene un escalón, un peldaño que actuó de contención a pesar de que el agua anegó la zona, arrastró barro y fue necesaria la rápida intervención de los bomberos para realizar achiques que evitaron complicar aún más la situación. 

¡Agua va, Paseo de la Rosa!¡Agua va, Paseo de la Rosa! - Foto: David PérezEn este restaurante tampoco se quedaron parados. El personal colocó manteles y todo lo textil que tenían a mano para intentar frenar el agua y lo consiguieron, ya que la tormenta cedió con rapidez, pero  temen que estos días el tiempo vuelva a liarla  con el paso de esta segunda DANApor la Península. «Mucho más no podemos hacer. Tenemos suerte de tener un escalón», apunta el camarero. Aun así, es posible que vuelvan a preparar sacos de tierra para taponar el acceso mientras la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)siga ofreciendo tormentas y lluvias por prevención. 

A la ‘Masía’ no se coló una gota, pero hubo otros locales que se encharcaron, como ocurrió con ‘Soliss’, situado a dos pasos del restaurante. En la misma calle la suerte estuvo del lado de los establecimientos con escalones. 

Los operarios de limpieza trabajaron con intensidad en esta zona ayer por la mañana para retirar los restos de barro y limpiar de nuevo los imbornales, algunos repletos de lodo, para que desagüen con rapidez a pesar de que si la lluvia caen en forma de tromba terminan por no dar abasto. 

¡Agua va, Paseo de la Rosa!¡Agua va, Paseo de la Rosa!Las empleadas de MRW, la empresa de mensajería situada junto a la gasolinera del Paseo de la Rosa también se preguntan qué está ocurriendo últimamente. No saben por dónde entró el agua el miércoles por la tarde porque no fue por el acceso principal, pero el sótano de las instalaciones también  se inundó aunque el establecimiento abrió ayer sin problema a pesar de que fue necesario realizar una intensa labor de limpieza. 

futuro. Los vecinos del Paseo de la Rosa están preocupados por la situación, ya que hay pronóstico de gotas frías y de tormentas este otoño y temen que estos episodios se repitan a menudo. Saben que la solución no es fácil a pesar de que sea necesaria una intervención en el arroyo de la Rosa para evitar que pueda desbordarse como ocurrió hace menos de un mes, pero muchos empiezan a pensar que las obra del bulevar no está tan bien hecha como parece. Al menos es la sensación que se les ha quedado a varios propietarios de distintos negocios que se quejan de que la acera no tiene pendiente hacia la calzada e incluso en algunos casos la inclinación está mal planteada y en dirección a los establecimientos. 

«Llevo escuchando desde ayer que las alcantarillas están atascadas porque todavía no ha sido posible limpiar todo el lodo de las tormentas de primeros de septiembre, y complica la situación», comenta un vecino de la zona cansado de que el agua pueda paralizar parte de un barrio por balsas de agua. El comentario generalizado apunta a la puesta en marcha de medidas preventivas y al estudio pormenorizado de lo que está ocurriendo para intentar adelantarse a  estos episodios que están castigando el Paseo de la Rosa y que puedan seguir haciéndolo si con el cambio climático las lluvias torrenciales se vuelven más frecuentes.