Los rastreadores de caminos públicos

J.M.
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Mauricio Moraleda ha firmado en los últimos años los informes técnicos de los inventarios de Mazarambroz y Ajofrín. Cada trabajo lleva al menos un año de investigación

Los rastreadores de caminos públicos - Foto: David Pérez

Mauricio se jubiló a mediados del año pasado, pero apuró su trayectoria laboral rastreando los caminos públicos de tres municipios. El Ayuntamiento de Mazarambroz encargó hace cinco años a este ingeniero técnico agrícola las pesquisas para identificar las vías de titularidad local, un documento conocido como inventario de caminos que debe ser aprobado en pleno. Así inició su breve andadura en esta especialidad, que inculca ahora a Gonzalo Arellano, un joven toledano doctorando en Medio Ambiente.

«Es un tema difícil para los ayuntamientos. Muchos no lo han afrontado», subraya Mauricio Moraleda. Desenmarañar la titularidad de los caminos públicos abre la espita de las disputas porque hay vías usurpadas desde antiguo. El inventario de caminos supone la base para la posterior ordenanza, que permite regular la utilización de estos bienes públicos.

Mauricio ha dedicado su vida laboral al campo, por ejemplo, a la gestión de explotaciones agrícolas. Tardíamente, ha visto un filón en la elaboración de informes para los inventarios; por eso, ayuda ahora a Gonzalo en especializarse en este perfil casi detectivesco. Por ejemplo, exige recurrir a fuentes como el Instituto Geográfico Nacional para revisar planos del siglo XIX y trazar los itinerarios públicos. «Hay usurpaciones de más de 80 años», revela.

Los informes sobre caminos acumulan indicios de titularidad pública de determinadas vías, que identifican claramente mediante coordenadas para que los ayuntamientos dispongan de la dirección exacta de sus bienes. «Es muy bonito desentrañarlo. Vas descubriendo todos los días cosas nuevas», señala el técnico. Como cuando reparó en que hay un camino que comunica la pedanía jareña de Buenasbodas (Sevilleja de la Jara) con el convento de El Castañar (Mazarambroz).

El 1 de diciembre de 2022, el Ayuntamiento de Ajofrín publicó en el Boletín Oficial de la Provincia la ordenanza de caminos, que entró en vigor inmediatamente. Se fundamenta en un informe elaborado por Mauricio con más de 74.000 metros cuadrados. Una red ingente que supone un esfuerzo mayúsculo para los técnicos. «No he conseguido hacer ninguno de los inventarios en menos de un año. Siempre aparecen cosas. Horas de trabajo lleva muchísimas», indica este experto que viaja en ocasiones a los términos municipales solo o acompañado por guías locales para echar un vistazo a determinados caminos.

El interés renovado por el medioambiente, el aprovechamiento económico, la práctica del senderismo o una inyección de defensa de lo público figuran posiblemente entre las razones de este despertar de los ayuntamientos sobre las ordenanzas de caminos. Incluso ha nacido un movimiento popular a favor de la eliminación de la usurpación, tal y como ha ocurrido en Talavera. Ayuntamientos como Toledo o Sonseca disponen también de su inventario de caminos, un documento que afrontan en la provincia sin auxilio de otra administración superior.

A sus 28 años, Gonzalo se empapa ahora de los conocimientos de Mauricio. Con interés sobre la ordenación de territorios, se incorporó hace aproximadamente un año al rastreo de caminos públicos. «Ahora se pide a todos los ayuntamientos tener hecho el inventario de caminos públicos; es una vía para poder trabajar», asevera este investigador becado de la Universidad de Castilla-La Mancha, quien encuentra un aliciente en ese fondo indagatorio de la elaboración de los informes.

«Está todo hecho un lío porque ha habido muchos procesos que han cambiado el territorio, como la construcción de carreteras o concentraciones parcelarias. Es complicado desenmarañar todo ese jaleo», opina sobre la titularidad de las vías de los términos municipales, unos caminos que habían quedado en desuso y ahora han ganado vigencia.