«La Iglesia es experta en humanidad; llevamos veintiún siglos trabajando a favor del ser humano». Este fue una de las tres ideas-fuerza que el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, trasladó esta mañana en su homilía a los fieles que asistieron en la Catedral a la Misa celebrada con motivo de la festividad de San Ildefonso, patrón de Toledo.
El arzobispo, que ensalzó la «vida de acogida, la vida teologal y la vida evangelizadora de San Ildefonso», recordó, no obstante, que «la acogida no significa que todo vaya bien o que la Iglesia no tenga nada que decir a nuestro mundo; un mundo en el que se desprecia la vida de una manera tan descarada desde el inicio hasta el final; un mundo que, a veces, no respeta los grandes valores del Evangelio». Yes que, como subrayó el primado, «la Iglesia es experta en dar respuestas y soluciones a este mundo; un mundo que necesita ser evangelizado; que necesita del agua viva del Evangelio y que necesita pastores como san Ildefonso, que sin renunciar a la verdad, sean capaces de transformar el mundo según el corazón de Dios».
Francisco Cerro, que concelebró la misa del patrón acompañado por el obispo auxiliar, Francisco César García Magán; el arzobispo emérito, Braulio Rodríguez y el obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio, recordó también las palabras del papa Francisco en las que pidió «estar por encima de las ideas e ir a las personas; el tesoro de la Iglesia es cada persona, cada ser humano, especialmente los enfermos, y los más pobres».
Francisco Cerro y Emiliano García Page, en la veneración de las reliquias de San Ildefonso en la capilla de la Descensión. - Foto: Ángeles G. Visdómine (EFE)A la celebración eucarística, que se realizó por el rito hispano-mozárabe, una de las joyas del patrimonio inmaterial de la archidiócesis que luce en sus fiestas más señaladas, asistieron el presidente de la Junta, Emiliano García-Page, la alcaldesa, Milagros Tolón, el delegado del Gobierno, Francisco Tierraseca, así como una representación de todos los grupos municipales salvo el de Unidas Podemos. Asimismo, hasta la catedral se acercaron representantes de la Fuerzas y Seguridad del Estado, de la Academia de Infantería y de la Judicatura.
Tras finalizar la misa, los presentes encabezados por el arzobispo, y mientras sonaba el himno de San Ildefonso, obra del que fuera maestro de capilla de la Catedral, Antonio Celada, se trasladaron a la capilla de la Descensión para venerar las reliquias del patrón de la ciudad.