Miguel Ángel Sánchez

Querencias

Miguel Ángel Sánchez


La vergüenza del Tajo

25/11/2022

No me entretengo en describirle el Plan de cuenca del Tajo que el Gobierno de España llevará al Consejo Nacional del Agua del próximo martes. Ayer la Cátedra del Tajo de la Universidad de Castilla-La Mancha-Soliss dejó claro el despropósito, y encontrará información en estas páginas. Sólo resumo: la propuesta es ilegal. ¿Y qué? Ya lo era la que aprobó en primera instancia el Consejo del agua de la demarcación del Tajo. Pero ésta ya es una absoluta huida hacia adelante. Ya lo dirá otra vez el Supremo en unos años. Pero mientras tanto seguiremos trasvasando todo lo que da la cabecera, soltando cada año menos agua hacia el propio Tajo, incumpliendo caudales, y el que venga detrás que ya se las apañe y vuelva trampear planes, informes, indicadores, caudales… El papel lo aguanta todo. El Tajo no. A estas alturas me pregunto qué pensarán los técnicos que tienen que tragar con el asunto. Que ven como su trabajo se enmienda por directrices políticas de la manera más chapucera, a última hora como siempre. ¿Les dará lo mismo?
El Plan del Tajo deja todo igual o peor para el río, en cabecera, Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. Y eso cerrando el año 2022 es tan inadmisible como insoportable. No fija caudales ecológicos (mínimos, crecidas y tasas de cambio), y deja al río muerto para otro lustro más. No aumenta reservas en la cabecera. Nada de nada. El Plan del Tajo se ha vuelto a redactar a orillas del Mediterráneo, esta vez en Valencia. Desde Castilla-La Mancha se ha acatado, se ha negociado mal, y pasan los años y seguimos sin ser capaces de recuperar no sólo el Tajo, sino exigir y materializar planes que atiendan a la realidad de esta región, en las cinco grandes cuencas hidrográficas, pero en especial Tajo, Júcar y Segura. En el Guadiana ya ni siquiera nos planteamos poner un poco de sentido común. ¿Para qué?
Han sido muchos años de un trabajo muy duro para llegar ahora a este punto. Sí, otra vez a los tribunales, y otra vez los mismos a manosear y utilizar el Tajo, para un lado y para otro. Y, mientras, el río como cloaca, vacío y expoliado. Con el trasvase como siempre. Todo se retuerce para que nada cambie. Espero que al menos haya algo de decencia y lo que vaya al Consejo Nacional del Agua no sea lo que tenemos sobre la mesa. Más que nada por la dignidad del Tajo, pero también por la de esta tierra. No nos lo merecemos. O quizá sí.