Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Verde y con agua

14/07/2022

Como buena toledana pendiente del futuro de su ciudad, decidí participar en la encuesta previa a la elaboración del Plan de Ordenación Municipal (POM), ese documento que ha definir el futuro crecimiento de la capital, estableciendo zonas de viviendas, espacios verdes, viales, etc. En fin, un asunto tan árido como nuestro entorno, pero que, seguro, puede mejorar la ciudad. O condenarla para siempre.
Les cuento: el Ayuntamiento, a través de IntermediAcción, ha diseñado una página web para que los vecinos opinemos sobre la capital que queremos. Espero y confío en que vaya más allá de esa encuesta elaborada para abrir boca, en la que además de marcar una opción, a veces te dan la oportunidad de citar alguna idea sobre la urbe en la que te gustaría vivir. Yo lo tengo claro: quiero una ciudad verde, con un río limpio y respetuosa con su patrimonio. Por ahí pasa nuestro futuro.
Además de expresar en la encuesta si soy más de piso, de casa unifamiliar o chalé adosado, lo que realmente me interesa es opinar sobre el desarrollo de Toledo y su diseño. Porque el gobierno nos vende el mantra de que aspiramos a conseguir una ciudad amable, con espacios arbolados, y que huya de la especulación urbanística. Discursos, que, a tenor de lo publicado por este periódico sobre el avance del POM, se adivinan como vanas ilusiones. El cemento se pretende imponer sobre los espacios naturales, vivos. Y eso no se puede consentir. Como tampoco debemos permanecer callados ante la decisión de construir un cuartel de la guardia civil en la Peraleda, una bofetada impuesta a la ciudadanía. La elección de ese enclave, inundable y protegido como cono visual de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, no responde a ningún gusto de la Benemérita, su opinión no vale más que la nuestra además, sino a intereses relacionados con el ladrillo. Porque, obviamente, esa infraestructura va acompañada de pisitos y servicios varios de los que no disponemos en otras zonas de la ciudad. Y no hacen falta nuevas urbanizaciones, sino aprovechar las viviendas que hay vacías y potenciar el Casco para uso residencial con comercios de cercanías, equipamientos culturales y beneficios fiscales.
Para crear una ciudad sostenible, el mejor camino no es levantar cientos de viviendas en la Huerta del Rey, como pretende el gobierno local. De hecho, ya en 2007, un informe de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo, entonces presidida por Ramón Gonzálvez y preocupada más por la ciudad que por ciertas decisiones de Murcia, advertía sobre la necesidad de excavar en esa zona, al igual que en Vega Baja, antes de someterla al albur de los políticos de turno. Pero en Toledo no pasa nada. A otra cosa, que yo construyo como quiero, digo que los vecinos, incluso los niños han participado en la elaboración del POM, y me lavo las manos si el documento es un disparate. Ojalá me equivoque.
Y luego está lo del río. Otra tomadura de pelo que se plasma en declaraciones rimbombantes de nuestros gobernantes, propias de un régimen populista, y que no se traducen ni en una sola acción para acabar con el expolio y la contaminación del Tajo. Vayamos a los tribunales, denunciemos. Lo que sea. Todo menos el politiqueo barato que no nos merecemos ni los toledanos ni nuestro patrimonio natural. Y a reírse, al circo.