«Toledo, ejemplo de desarro desordenado, puede corregirlo»

J. Monroy
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El presidente regional de la patronal de la Construcción analiza la actualidad del POM y las leyes regionales

«Toledo, ejemplo de desarro desordenado, puede corregirlo» - Foto: David Pérez

En lo que a Toledo se refiere, está pendiente el nuevo POM, ¿qué le parece lo que se está adelantando?

La buena noticia es que se está adelantando una cuestión que ya lleva enquistada demasiados años y lo único que pide el sector es poder contar con un instrumento urbanístico realizable para poder desarrollar la ciudad en los próximos años y no perder el tren, como ya sucedió anteriormente.
¿Ha dañado al sector la anulación del anterior POM en los tribunales?

Sin entrar en el fondo de la cuestión, y al hilo de la pregunta anterior, lo que ha dañado al sector y a la ciudad es la incertidumbre durante todos estos años, por lo que lo deseable es, repito, poder contar con una normativa urbanística estable y cierta.
Se cierra la posibilidad de construir en Vega Baja, pero se abre en Barrio Avanzado, Zona de Contacto, Huerta del Rey o Peraleda. ¿Por donde entienden los empresarios que había que empezar a construir ahora en Toledo?

Eso nos lo dirá el mercado y el acierto o no en las decisiones a la hora de desarrollar adecuadamente esas zonas, de cara a hacerlas atractivas para los adquirentes futuros. Toledo es un ejemplo a nivel nacional de lo que es un desarrollo desordenado y puede que sea el momento de ser ejemplo de cómo corregirlo. Pero habrá que ser certeros a la hora de tomar las decisiones.
En su día reclamaron un plan de recuperación de la Construcción. Ahora, ¿qué puede hacer la administración para ayudar?

Sobre todo, el papel de las Administraciones ha de ser el de dar seguridad jurídica en el tiempo y agilidad en las tramitaciones. Conocer las reglas del juego con la seguridad de que éstas se mantengan y evitar pérdidas de tiempo, de meses o años en muchos casos, en tramitaciones o procedimientos, a menudo lo único que hacen es generar esa inseguridad y dilatar plazos que no benefician ni a la propia Administración. Con conseguir esa seguridad y esa agilidad, el sector hace el resto, sin perjuicio de la siempre deseada colaboración que se pueda ofrecer a la Administración. Otra ayuda importantísima y necesaria es que se fomentara la obra pública de todo tipo.
Tras la aprobación de leyes como la de Simplificación Urbanística y Medidas Administrativas, ¿qué normativa queda pendiente en la región?

Eso es algo que tendremos que analizar, dados los tiempos inciertos que estamos viviendo. Puede que sea necesario acometer algunas reformas o puede que no. Eso, repito, lo veremos con el paso del tiempo. Sin duda, la Ley SUMA ha supuesto un buen avance y es un buen ejemplo de lo que debe ser adaptar la normativa a la realidad, buscando la simplificación de trámites y agilización de procedimientos, sin que ello merme las garantías que siempre deben estar presentes.