«Hay que hacer una ciudad cohesionada, sostenible y amable»

J. Monroy
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No obstante, el presidente de 'El Ciudadano' critica que «parece que el POM va en contra de esos principios que enuncia en su prólogo»

«Hay que hacer una ciudad cohesionada, sostenible y amable» - Foto: David Pérez

¿Qué ha explicado ya el Ayuntamiento a la Federación sobre el POM?

Hemos conocido del POM lo que conoce todo el mundo. El Ayuntamiento se llena mucho la boca de decir que está en un proceso participativo, pero nosotros entendemos que la participación va mucho más allá de lo que se ha hecho. Para empezar, los ciudadanos deberíamos conocer la información de una manera entendible y asequible. Y nadie nos ha explicado el POM, nos han dado cuatrocientas y pico páginas y cada uno con su conocimiento y capacidad hemos tenido que interpretar qué se está hablando ahí. Porque hay algunos datos que son extemporáneos, son de 2007 y de 2004 y en 18 años han cambiado mucho la ciudad y sus necesidades. En segundo lugar, un elemento muy importante para la participación es el debate, y aquí no ha habido debate, sino una organización que ha promovido que nosotros aportemos ideas y soluciones, y con ello se cumple el requisito obligatorio en la tramitación del POM, pero le falta la información y el debate. Entendemos que se deberán dar más adelante, porque en esta legislatura, obviamente, no se va a aprobar el POM. Dentro de menos de un año puede cambiar absolutamente la Corporación y podrían cambiar determinados criterios. Así que no le hemos dado demasiada validez a alguno de ellos.

Obviamente, coincidimos en la filosofía de hacer una ciudad cohesionada, sostenible y amable. Pero realmente, leyendo algunas de las cuestiones que se plantean en el borrador, parece que el POM va en contra de esos principios que enuncia en su prólogo e introducción. Habrá mucho que debatir y creo que este documento no se parecerá en nada al final.

¿Por dónde creen los vecinos que debe crecer la ciudad?

Hay que rellenar, pero también hay que respetar el patrimonio ambiental y paisajístico. Es una ciudad compleja porque tiene gran patrimonio y valores. Tenemos toda la Vega Baja, en la que a los valores que ya he comentado se unen restos importantes hay que tratarla muy bien. La Peraleda es otro de los sitios con indicios de valores patrimoniales, y el ambiental y paisajístico es importante. Tiene que haber un gran acuerdo para seguir protegiendo estas cosas, porque aquí siguen el Casco y el río y hay que respetarlos.

Hay que rellenar la ciudad, hay que buscar esos vacíos, programar una buena intervención en Palomarejos, donde va a haber espacios, y tratar de ir cosiendo Toledo. Volvemos a decir de manera positiva cómo debemos hacer la ciudad, pero no lo hacemos. Tendremos que ver en base a qué se estima si va a venir o no gente a Toledo o si vamos a necesitar 18.000 viviendas. ¿Cuál va a ser el motor que nos traiga residentes? Porque la realidad es que vemos inversiones para promocionar el sector turístico, pero eso no son habitantes.

¿Cuáles son las infraestructuras más necesarias?

Lo primero que tiene que estar garantizado en cada urbanización son las infraestructuras. Porque luego se quedan sin hacer infraestructuras y dotaciones necesarias. Tenemos que pensar en barrios amables para los ciudadanos y sostenibles. Porque la realidad es que se urbaniza muy mal, a nivel básico y buscando lo lucrativo, vender las viviendas. Luego es muy caro hacer esas infraestructuras con el dinero de todo, hay que hacerlas con la rentabilidad de las urbanizaciones. Por eso cuando se creen nuevos barrios hay que exigir que se haga con todas las dotaciones, que estén pensados para los peatones, para pasear, con plazas y espacios públicos para la reunión, para recuperar las ciudades para los ciudadanos.

Aunque la ciudad ha cambiado ya con el hospital.

Ahora hay que hacer esas infraestructuras que faciliten el acceso al hospital y a una zona residencial, que tiene una cuarta parte de la ciudad, en permanente riesgo de quedar aislada y de atascos. Esas son las consecuencias de hacer primero los edificios sin tener en cuenta todas esas cuestiones, como los accesos. Y el hospital no es algo nuevo. Llevamos denunciando desde hace muchísimo tiempo la necesidad de nuevos accesos de al Polígono porque iba a haber más demanda con el hospital; incluso está la demanda industrial, porque si ampliamos el polígono industrial por algún lugar tendrán que llegar los camiones. Hay que pensarlo antes y esto lo sabíamos todos y no hay infraestructuras.

Como se sabía lo que ocurriría con Palomarejos.

Hay que hacer allí un buen plan. No es solo construir viviendas para jóvenes, sino que hay que hacer barrio, hacer ciudad, que Palomarejos esté dotado de manera que sea agradable vivir allí, no solo un barrio dormitorio. Están muy bien las viviendas para jóvenes, pero no sin sentido.

¿Está habiendo participación en torno al nuevo contrato de la basura y el bolseo?

Las asociaciones del Casco sí han mantenido alguna reunión para tratar el bolseo pero a nivel de Federación no hemos intervenido. También han hablado del problema con Correos, de la desaparición de la oficina del Casco. Aquí hay otra incoherencia: todos defendemos un Casco vivo, pero a la vez se le van dando pequeñas puñaladas que lo van desangrando. Ahora se quita una oficina de Correos con la promesa de que volverá, pero ¿qué hacen los vecinos durante los dos años que dure la obra? Además, el problema es que una vez que los acostumbres a estar sin ese servicio, posiblemente ni vuelva. Si apostamos todos por un Casco vivo, no podemos permitir que se quiten servicios. El Ayuntamiento puede facilitar una oficina alternativa durante la obra.

Parece que todos hablan de diversificar la economía pero luego las inversiones siguen yendo al Turismo.

Todas, todas, todas, todas. Ahora parece que hay algún edificio de la Junta que también va a ser para un hotel. Al final todo se dirige al turismo. Por cosas así hay una gran decepción, por la diferencia entre lo que escuchamos y luego vemos. Que te digan una cosa y hagan otra es engañar.

¿Qué le parece la movilización de la ciudad en torno al río?

Llegamos a los cincuenta años sin baños, con mil promesas entre medias de que nos volveríamos a bañar en el río, y la realidad es que estamos casi en el mismo punto. La ciudad ya volvió la espalda al río en los años cincuenta y sesenta, cuando lo vivía mucho, porque el río nos echaba. Y no hemos sido capaces de recuperarlo, porque hay demasiados intereses en torno al agua en la cuenca superior y en cuanto a los vertidos. Creo que solo hay una forma de resolverlo, que las propias administraciones sean valientes y pasen a la acción más allá de las declaraciones. Tiene que liderarlo alguien que mueva a toda la ciudad y toda la ciudad se levante.