Acaba de darse de baja en la Cumbre de América el señor López Obrador, presidente de México, porque no acudirán ni Venezuela ni Cuba ni Nicaragua. Estos tres países están gobernados por la extrema izquierda, y aunque algún despistado piense que esos tres países tienen una democracia homologada junto con algún estalinista que quiere aprovechar el porte para llamar la atención a los países demócratas por excluir a los no demócratas, lo cierto es que el mundo entero considera que los tres gobernantes de lo que queda en esos países son sátrapas, tiranos y dictadores.
¿Se imagina alguien que se hubiera llamado a Stalin o a Hitler a una convención europea de la época? Lógicamente no, porque estos países en aquel momento no estaban homologados con la democracia y sus dirigentes nunca han representado al verdadero pueblo al que gobernaban con la bota y el fusil. El señor López Obrador, del que ya se sospechaba ser de la misma cuerda, confirma lo que es con su protesta. Este señor dice que los españoles poco menos que asesinamos a los indios en Sudamérica y que los conquistadores arrasaron dichos países. Pero dicho señor, que tiene la piel blanca y que es descendiente de españoles, de los que quedaron allí, además de no haberse mirado al espejo, lo que debería hacer es dar gracias a que los españoles aparecimos por el nuevo continente a liberar a las tribus esclavizadas que los mayas y los aztecas gobernaban con bastante tiranía en la que era lo normal incluso hacer sacrificios humanos.
¿O es que alguien se cree que Cortés, con un puñado de españoles doblegó a un ejército compuesto de miles de guerreros? Lógicamente no, porque ni Cortés ni los que le acompañaran eran súper hombres, y no llegaban ni a 500. La proeza que hizo Cortés fue liberar al pueblo mexicano de la opresión, razón por la cual se le unieron miles de tribus oprimidas. Yo le cambiaría el titulo a Cortés que de llamarlo conquistador, tal y como se le conoce en nuestros libros de historia por eso de ponernos una medalla al valor, le llamaría Cortés el libertador. Y que se calle de una vez por todas el infame presidente actual de México al que está hundiendo en la miseria.
Y ese 'hundir' en la miseria no me lo he inventado yo, sino que es un hecho contrastado por los miles y miles de mexicanos que asustados por la ola izquierdista y sin timón del señor López Obrador han venido a Madrid, o a la costa española o a Miami, porque ya no pueden más; porque además de la pobreza  que trae dicho sistema está la inseguridad, la corrupción, el tráfico de drogas, el abuso para con las mujeres, las coimas y la falta de un horizonte razonable en uno de los países más ricos del mundo. Pero Madrid ya está acostumbrado a acoger a los venezolanos que últimamente huyen del régimen de Maduro, y a los miles de nicaragüenses a los que aplasta Daniel Ortega, y no digamos a los cubanos que han salido de Cuba hasta en un neumático de tractor a modo de barca. Todavía no conocemos a nadie que se vaya a vivir a esos países donde la inseguridad jurídica y física y el abuso del poder campa por sus respetos. ¡Háztelo mirar López!