Los hosteleros de la ciudad están intentando sacar adelante la cuadratura del círculo con los recibos de la luz, pero los números no salen y los costes «se han triplicado respecto a 2019», explica el presidente de la Asociación de Hostelería de Toledo, Tomás Palencia, muy preocupado por la situación y por las dificultades de un sector que ya sufrió bastante con la pandemia de covid y de nuevo se enfrenta a unas exigencias económicas inasumibles.

La asociación defiende y apoya la protesta del apagón que se materializó en distintas ciudades el marte, convocada por Hostelería de España, pero en Toledo no pudo llevarse a cabo «por un problema de agenda» que complicó sumarse a esta iniciativa simbólica con la que se intentó visibilizar esta grave problemática. 

Además, este acto también tenía como objetivo pedir medidas de ahorro y cambios en la tarificación de la electricidad para poder asumir los recibos, puesto que la electricidad suponía entre «un 8 y un 10% de los gastos fijos» de los negocios hasta que la luz se disparó, como resume el secretario del colectivo, Valentín Salamanca.

En este caso, asegura que los hosteleros «siempre han estado en primera línea» y no van a colocarse en la retaguardia en estos momentos, con lo que la Asociación de Hostelería de Toledo está ya preparando un acto reivindicativo, pendiente aún de fecha, para reclamar medidas al Gobierno encaminadas a desahogar a un sector que difícilmente puede salir adelante «con los costes de la luz y el encarecimiento de la compra de productos». Al respecto, Palencia insiste en que un establecimiento hostelero «no puede repercutir» el aumento de costes en el precio final de los platos o las consumiciones porque alejaría a los consumidores. 

Los hosteleros también están muy pendientes de la huelga de transporte que comienza el próximo lunes, una protesta «que entendemos», puesto que este sector también está sumido en una importante crisis, pero pone las cosas más difíciles «porque se pueden dar problemas de autoabastecimiento y escasez de productos» que también podrían repercutir negativamente en la actividad hostelera en las próximas semanas, indica Palencia.

Reivindicaciones. La hostelería no resume el problema únicamente en la factura eléctrica a pesar de que centra buena parte de las dificultades que atraviesa el sector. En este sentido, Salamanca considera imprescindible «un cambio en el sistema tarifario» para que tanto los ciudadanos como los empresarios asuman los gastos «sin volvernos locos» con los precios que están imponiendo las eléctricas.

Además, plantea también la necesidad de poner en marcha bonos eléctricos como ayuda al sector hostelero, una medida que podría costearse, en su opinión, «con los 3.000 millones de euros que han sobrado de los planes de rescate». En la lista de medidas, apuntó también la bajada de los impuestos o la congelación de los necesarios para garantizar la actividad económica, buscar «fórmulas de contratación adaptadas al sector», plantear «avales públicos y facilitar sistemas de compras reguladas».

Por otra parte, Salamanca subrayó ayer que los hosteleros también están realizando esfuerzos para adaptar y renovar sus electrodomésticos buscando la eficiencia. Si bien, a la Asociación de Hostelería le llama la atención las dificultades que ofrece el Casco Histórico para avanzar hacia la sostenibilidad a pesar de que la tarea está marcada en la Agenda 2030. 

Salamanca ha tenido la ocasión de reunirse con el equipo de Gobierno municipal ante la imposibilidad de avanzar en las renovables, mediante la instalación de placas solares, en el Casco y en los Cigarrales porque afectan a las visuales de Toledo y chocan con la protección patrimonial, algo que ocurre «con todas las Ciudades Patrimonio», explicó. En esta línea, Salamanca pide a las administraciones que busquen el equilibrio que permita la protección patrimonial y a la vez el avance en las renovables para la actividad hostelera. 

El turismo es vital para el sector,  y así lo remarca cuando tiene ocasión, pero Salamanca va más allá porque el hecho de que Toledo «esté llena de gente» no guarda relación directa con la salud del sector hostelero, cansados de tantos peajes para «salir adelante».