Avanzamos en el calendario mágico que estamos trazando sobre los pueblos y ciudades de nuestra provincia y llegamos al mes de junio, donde nos encontramos a San Antonio de Padua, un santo muy relacionado e invocado por los novios y novias para buscar pareja. Es habitual pedirle a este santo un buen esposo o una buena mujer y de ahí que se le enciendan velas o dediquen rezos para intentar conseguir esa pareja perfecta que todos -o al menos la mayoría- queremos. Igualmente, a este santo se le atribuyen ciertos poderes mágicos o sobrenaturales y de ahí que en determinadas épocas y circunstancias también fuera invocado y solicitado para realizar otras cuestiones menos referidas al matrimonio. De hecho y como tradición si queremos más pagana, se dice que para encontrar la pareja que ansiamos debemos colocar al santo bocabajo y no debemos voltearlo hasta que no aparezca esa novia o novio que estamos esperando, tradición que como es lógico, la iglesia no comparte en manera alguna, advirtiendo que a veces casi caemos en pecado de idolatría cuando estas veneraciones y tradiciones abandonan lo religioso para entrar en lo mágico y esotérico.
Como no podía ser de otra forma, en la provincia de Toledo tenemos una variada representación de lugares donde este santo es una de las principales fiestas del año; tal es el caso de Carranque donde también se encuentra la Hermandad de San Antonio de Padua, la cual en la fiesta que se celebra el fin de semana más cercano al 13 de junio, participa en los actos religiosos y festivos en honor a este santo. También en Cedillo del Condado se celebran diversos actos como verbenas, el pregón, misas, novenas, conciertos, encierros, etc., etc.
En El Romeral también la Hermandad de San Antonio celebra alrededor del día de su patrón una serie de actividades que nos invitan a participar y a disfrutar de estos días festivos en este bello enclave que se encuentra a menos de setenta kilómetros de la capital toledana. Allí también realizan la consabida misa, el ofertorio, verbena, tómbolas solidarias y un sinfín de actos que llenan de alegría las calles de El Romeral. Y no olvidemos que en las localidades de Yeles y en Lucillos realizan otras tantas actividades y actos religiosos en recuerdo de San Antonio de Padua.
Pero si hay un día especial, mágico y sorprendente en este mes de junio ese es el día de San Juan, cuando cada 24 de junio traemos a nuestro presente las tradiciones hechiceriles que desde hace siglos practicaban nuestros pasados en torno a esta noche en la que además de la fiesta de San Juan, celebramos un momento de los más mágicos del año, sin duda alguna. Tiene lugar el solsticio de verano y es muy habitual no solo en lugares y ciudades cercanas a la zona de la costa, sino también en nuestra tierra, el realizar hogueras y fogatas, a las cuales desde antiguo se decía que podían acudir también las brujas del lugar, muy relacionadas igualmente al fuego y a las hogueras. Durante mucho tiempo estas hogueras eran bendecidas por los sacerdotes de los pueblos y las antorchas o teas generadas, se usaban para protegerse contra incendios y otras desgracias y de ahí también que se pensara que las brujas de turno se quisieran llevar los restos de las hogueras para utilizarlos en su propio beneficio y algunas crónicas decían que los sacerdotes cuando se consumía este fuego de San Juan, debían extinguirlo completamente e intentar dispersarlo para que ninguna bruja pudiera recogerlo y utilizarlo contra los vecinos. Sin duda es otro de los momentos del año en el cual la fe y la tradición religiosa se mezcla confusamente con la magia y las prácticas brujeriles, dando lugar a un periodo muy curiosos en el calendario de prácticas mágicas. Es habitual la recogida de plantas durante esta noche, algo que también hicieron los religiosos durante muchísimos años, ya que se suponía que el helecho o la verbena recogidos por un sacerdote o fraile tendría muchísimo más poder que si lo recogía un seglar.
Otra tradición relacionada directamente con este día era la curación de los niños quebrados, a los cuales se les sometía a innumerables procesos para intentar curarles la hernia, por lo que estos pobres jóvenes se dejaban hacer infinitas barbaridades con tal de curarles esas hernias. Hay datos de que en el siglo XVIII alrededor de la milagrosa ermita del Santo Cristo de Urda, también se reunían ciertas curanderas de la localidad precisamente en la noche de San Juan, como un día especial a la hora de curar y sanar algunos males de los vecinos. Y hay diversos lugares en nuestra provincia donde cada año celebran San Juan como merece: el primero de ellos Camarena, bonito enclave donde realizan conciertos, verbenas, fuegos artificiales y un sinfín de eventos alrededor de este santo. Otro de ellos es Fuensalida, donde sus vecinos organizan casi durante todo el mes de junio multitud de actos festivos, religiosos y lúdicos para disfrute de todo aquél que se quiera sumar a la onomástica de San Juan; no faltan las celebraciones deportivas, musicales y el nombramiento de las reinas de las ferias y fiestas. No olvidemos que además de estas celebraciones, en esta noche mágica de San Juan, se siguen practicando no solo en Toledo si no en prácticamente toda España, diversos rituales que nos hablan de lo mágico y esotérico de esta noche. Algunos de ellos consisten en pedir deseos alrededor de las hogueras, realizar listas de malos recuerdos y cosas que queremos olvidar para quemar luego esa lista, recoger agua que haya estado esa noche bajo el influjo de la luna, bañarse desnudos en lagunas, ríos o el propio mar para alejar la mala suerte y las malas energías, recoger el rocío de esa noche y guardarlo durante el año para utilizarlo en determinados momentos y así un largo etcétera. No hay excusa ya para visitar el próximo mes de junio, algunos de los enclaves provinciales hoy recordados, que nos ayudarán a perpetuar la tradición y la fiesta sobre San Juan y sobre este mágico día.
*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.