La Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y el Hospital Nacional de Parapléjicos han presentado en sociedad un exoesqueleto robótico que permite al paciente intensificar su rehabilitación controlando el mecanismo por medio de ondas cerebrales. El prototipo sigue en fase de desarrollo pero sus primeros resultados son muy interesantes, hasta el punto que el encargado de hacer la demostración, un joven de 40 años lesionado tras una operación de espalda, explica que al  accionar el dispositivo siente como si fuera «magia».

El director de este proyecto, José María Azorín, catedrático de la UMH, indica que empezaron en 2019 y el objetivo es que personas con lesión medular sean capaces de caminar con un exoesqueleto controlado por su actividad cerebral, es decir, la persona piensa en caminar y las señales se decodifican para enviarlas al aparato.

En definitiva se replica el proceso de marcha natural puenteando con la máquina el punto del cuerpo que no responde.

En principio está indicado para personas con limitaciones motoras pero que conservan algo de movilidad y el paciente previamente debe entrenar y concentrarse en que quiere caminar. La novedad es que en otros exoesqueletos es una máquina la que produce el movimiento.

Es un proyecto complejo de ingeniería que debe tender a simplificarse y abaratarse (hoy cuesta unos 100.000 euros y cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia), si bien el objetivo inicial es la rehabilitación, y por tanto los hospitales. Es una forma distinta de rehabilitación para lesionados crónicos. Para llegar a un uso particular estima que al menos faltan otros 10 años de investigación.

Participan investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena y del Hospital Universitario Central de Asturias y hay colaboración de la Universidad de Houston.

Antonio Juan Pastor, director médico del Hospital Nacional de Parapléjicos, recuerda que se encargan de cuidar a los pacientes lesionados y llevan años usando exoesqueletos para la recuperación. Subraya la diferencia que supone accionar a partir del cerebro del paciente porque permite que mantenga intacto el proceso cerebral de la marcha, tanto inicio como parada.

Las pruebas se hacen con pacientes que pueden mantenerse de pie y conservan cierta movilidad (de hecho van acompañado por dos personas, una de apoyo en la máquina y otra en el ordenador decodificador).

Por su parte, el paciente escogido ayer, José Manuel Núñez, insta a continuar aunando tecnología con medicina e investigación. Señala que su parte consiste en trabajo y dedicación diaria, cumpliendo objetivos de la mano de los profesionales,  opina que es el lugar ideal para recuperarse y siente «algo parecido a la magia» viendo que lo mueve con el pensamiento.