La noche del pasado sábado los agentes de servicio de la Policía Local de Toledo tuvieron que lidiar con tres situaciones muy distintas pero relacionadas todas con el alcohol al volante.
Sobre la una de la madrugada una patrulla presenció en la calle Rosa Park de Palomarejos cómo un vehículo circulaba por el medio de la calzada. Tras dar el alto al conductor y comprobar que presentaba evidentes signos de embriaguez, los policías procedieron a practicar una prueba de alcoholemia, que dio resultado positivo con una tasa de 1.09 mg/l en sangre que le valió ser citado para juicio rápido por un delito contra la seguridad vial.
Una hora más tarde, sobre las 2:10 de la madrugada, en la plaza de la Cruz Verde, en el Casco Histórico, de nuevo una patrulla de la Policía Local presenció una nueva infracción. En esta ocasión, un conductor golpeó a otro vehículo que se encontraba estacionado, observando los agentes una conducta errática que podía ser fruto del alcohol. Efectivamente, tras ser identificado y practicar la prueba, ésta dio resultado positivo con una tasa de 0,79 mg/l, lo que le valió una propuesta de sanción y citación para juicio rápido.
La situación más surrealista de la noche llegó dos horas más tarde. Eran las 4:15 horas de la madrugada del sábado al domingo cuando de nuevo una patrulla local observó cómo un vehículo circulaba por la avenida Río Boladiez del Polígono, parando en un lateral para continuar con la marcha rápidamente. Los agentes procedieron a dar el alto al coche, comprobando que en él viajaba una mujer al volante acompañada por tres hombres. La conductora presentaba signos de embriaguez, por lo que fue requerida para la prueba de alcoholemia, dando como resultado un positivo de 0,67 mg/l que le valió para ser citada a juicio rápido y propuesta para sanción. Lo curioso es que, mientras la mujer realizaba la prueba, los tres ocupantes masculinos del vehículo no dejaron de recriminar la actuación de los agentes, insultándoles gravemente y encarándose con ellos hasta el punto que uno llegó a soltar un cabezazo tras arrebatar de las manos de un agente su DNI mientras era identificado. El agresor fue inmediatamente detenido y engrilletado, pero de repente sus dos amigos intentaron liberarle abalanzándose sobre los policías. Finalmente, los tres fueron reducidos por los policías y detenidos por un delito de atentado contra agentes de la autoridad.