La reconversión del sector del vino

Vidal Maté
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Baja el volumen de las ventas en el exterior, pero suben los ingresos como consecuencia del fuerte aumento del precio en todos los mercados

La reconversión del sector del vino - Foto: Pablo Lorente

Finalizada la vendimia, se han confirmado las previsiones de una cosecha a la baja como consecuencia de una condiciones climáticas marcadas por la sequía, pero de una buena calidad general fruto igualmente de la falta de humedad, que frenó el desarrollo de enfermedades en las plantas. Desde la perspectiva del volumen, frente a unas producciones medias de entre los 42 y 43 millones de hectolitros entre vinos y mostos, los datos manejados para esta campaña por el Observatorio Español de los Mercados del Vino la sitúan entre los 37 y los 38 millones de hectolitros. Esto supone solamente una reducción en el entorno del 5% sobre los 40 millones de la campaña anterior, a pesar de unas expectativas que vaticinaban una merma de casi el 20%.

Las previsiones y los resultados más a la baja en las zonas centro y sur se habrían compensado con resultados más elevados de los esperados en los territorios más al norte, donde la vendimia es más tardía. Ello ha supuesto finalmente una cosecha de calidad, discreta en volumen y positiva ante el actual comportamiento de los mercados mundiales, en los que el fenómeno más importante a destacar ha sido la reducción de ventas y el incremento en los precios.

Con esa producción a la baja y un producto de calidad, los precios percibidos por los viticultores registraron ligeros incrementos sobre los cobrados hace un año (aunque sigue habiendo quejas por no cubrir los costes de producción). Este comportamiento del sector estaría ligado a la línea alcista de los precios del vino en todos los mercados por el contexto inflacionista, pero con reducción de las ventas.

Históricamente, uno de los aspectos negativos más importantes del sector del vino era su vieja apuesta por el volumen. En ese contexto, junto a vinos de gran calidad envasados, destacaba la comercialización de un producto de calidad en forma de graneles para todo el mundo, y muy especialmente destinado a otros países comunitarios como Italia y fundamentalmente Francia a precios de saldo, lo que perjudicaba además la imagen del vino español.

Esta situación se ha ido transformando en los últimos años, desde el origen en el campo hasta el final del proceso. Así, destacan los elevados gastos en los procesos de reconversión y reestructuración de los viñedos, las fuertes inversiones -500 millones solo en 2020- en la modernización y construcción de bodegas y los cambios en los procesos de comercialización con la reducción progresiva de los graneles y el incremento de los vinos envasados de calidad.

A pesar de ello, se trata de un camino en el que aún falta un trecho por recorrer para situarse en los niveles de los otros países comunitarios competidores en los mismos mercados. En el caso de Francia, con una exportación media de unos 13 millones de hectolitros, las ventas suponen casi 6.000 millones de ingresos. Italia, con ventas medias de poco más de 20 millones de hectolitros, ingresa cerca de 4.000 millones, mientras España, con ventas medias de 22 millones de hectolitros, tiene unos ingresos que no llegan a los 3.000 millones de euros. De cualquier modo, el fenómeno más importante y generalizado en los mercados tras la pandemia ha sido la reducción del volumen de ventas aparejado a un incremento de los precios.

 

Los números.

En el caso de los países comunitarios, y tomando como referencia el primer semestre de este año, según los datos manejados por el Observatorio Español de los Mercados del Vino, Francia redujo sus ventas un 3,12%, si bien incrementó los ingresos en más del 12%; Italia solo aumentó ventas un 0,8%, pero los ingresos crecieron un 14%; Portugal bajaba ventas en un 1,1% y Alemania en más del 6%, pero en ambos casos con más ingresos.

En España, en el mismo periodo de ventas el volumen exportado registró una caída del 11% hasta los 10,2 millones de hectolitros, mientras esas exportaciones, en valor, crecieron un 4,1% hasta los 1.435 millones de euros. En cómputo interanual al mes de junio, el volumen de la exportación registraba ya un descenso del 1,7% tras haber estado creciendo durante todo el año anterior, mientras las ventas en valor aumentaban un 5% hasta los 2.935 millones de euros.

Por segmentos de la oferta, los vinos envasados reducían sus ventas un 4,7%, mientras en valor crecían un 4,2% hasta los 2.432 millones de euros, con un incremento en los precios medios del 9,4% hasta los 2,54 euros el litro. La venta de graneles también se benefició de ese comportamiento positivo de los precios. Mientras sus ventas en volumen solo crecieron un 0,9% hasta los 12,1 millones de hectolitros, las mismas lo hicieron casi un 9% en valor hasta los 503 millones de euros a un precio medio de 0,41 euros cada litro con un incremento del 7,8%.

Al margen del mercado comunitario con las elevadas ventas de graneles a Italia y Francia y de los envasados a otros países europeos, América Latina constituye una de las principales salidas al exterior. Las ventas a este destino en el primer semestre del año crecieron un 27% en volumen, destacando México y la República Dominicana, mientras en valor se incrementaban en un 36% hasta un precio medio de 3,06 euros el litro.

En los países asiáticos, con Japón como principal cliente por delante de China y Corea, las ventas crecieron un 13,6% en volumen y un 14% en valor. China redujo sus compras en más del 20%, descenso que en parte se compensó con ventas más discretas a otros países como Vietnam, Filipinas, India, Qatar o Tailandia a un precio medio de 2,3 euros por litro.

En África, Marruecos es el principal destino, aunque se trata de un continente con poca demanda y que además ha experimentado una caída del 3,9% en volumen; no obstante, también ha habido un crecimiento del 3% en valor, a pesar de que solo se alcanza un precio medio 0,70 euros cada litro.

En España, la demanda de vino, que registró en el año anterior un ligero incremento hasta un consumo de 10,4 millones de hectolitros, en este momento se halla estabilizada. Pero juegan en contra los precios elevados en la restauración frente a otras bebidas como la cerveza.

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