Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Cosas importantes: el Día Mundial del Agua

24/03/2023

Aprovechando que esta semana, concretamente el día 22, se ha celebrado el Día Mundial de Agua, intentaré que nos olvidemos de la estúpida moción de censura y pensemos un poquito en cosas realmente serias.
Los que hemos nacido y vivido en zonas en las que la población se pasa la vida 'mirando al cielo' somos conscientes de verdad de la importancia que tiene el agua en nuestras vidas. Podría contar miles de anécdotas relacionadas con lo que supone la escasez de agua y el alborozo que se produce cuando, tras un período de sequía, empieza a descargar el cielo. Por tanto, no se trata de un juego, como parece que se está enfocando este problema, debería ser una preocupación muy real, sobre todo para quienes dirigen la sociedad.
Sin embargo, estamos demasiado ocupados en temas 'folklóricas' y nos olvidamos de lo realmente importante. Para España, con alguna excepción en una parte pequeña de su territorio, el agua ha sido siempre motivo de preocupación. Es clásica la expresión de la 'pertinaz sequía' con la que siempre se ha estado luchando. En los últimos años, esta 'pertinaz sequía' se ha agravado de forma notoria por dos razones fundamentales:
Es obvio que en los últimos años llueve menos. Ocurre como con las meigas gallegas, que no se sabe si existen, pero 'habéilas hailas'. Con la lluvia ocurre lo mismo, puede que no haya cambio climático o que sea pasajero y se produzca de forma natural, pero está claro que llueve menos.
La sociedad demanda más agua para todos los usos. Las costumbres humanas y su nivel higiénico, demanda mucha más agua del que era necesario hace cincuenta años y sobre todo en el medio rural. Se han incrementado las zonas de regadío de forma exponencial. Hace cincuenta años los cultivos 'en espaldera' casi no existían y hoy día la inmensa mayoría de las plantaciones se hacen con este sistema, por lo que es imprescindible su irrigación para que la planta viva y dé fruto. Si contemplamos las nuevas zonas urbanas de baja densidad, seguro que son mayoría las viviendas que cuentan con piscina, prácticamente inexistentes hace cincuenta años.
Seguramente el ingenio humano nos permitirá sortear esta situación, pero no será de forma gratuita. Será necesario invertir ingentes cantidades de dinero en sistemas para desalar agua marina y sobre todo para reciclar las aguas próximas y posibilitar su reutilización. Obviamente el coste habrá que asumirlo y pagar estas infraestructuras es 'algo más caro' que colocarse un lacito en la pechera con el color que se convenga para presumir de progre naturalista.
Tengo la impresión de que con este asunto nos va a pasar como con la industria china, hasta que no nos pongan el pié en el cuello y empiecen a apretar no vamos a ser conscientes de que nos están ahogando. Hace nada que se ha pasado ya la crisis de las mascarillas y ya se nos ha olvidado lo que es estar en manos de países totalitarios.
Con el agua ocurre algo curioso, como el asfalto se moja tan pronto, nos creemos, cuando llueve un cuarto de hora pensamos que se ha solucionado el problema y enseguida volvemos a nuestros asuntos cotidianos, como por ejemplo cuántas veces nos podremos cambiar de sexo en la vida… Hasta que se nos vacíe la cantimplora…