En el mes de enero la ciudad de Toledo fue galardonada con un título que miles de ciudades en el mundo anhelan y que, probablemente, pocas lo lleguen a ostentar algún día. El reconocimiento, por parte de una entidad japonesa, nombró a Toledo como 'La panorámica más bonita del mundo de noche'. Completamente acertado.
Pero como todo en esta vida, cuando lo perfecto resulta inalcanzable, interesa dar cuenta de algunas imperfecciones para no quedarse estancado, promoviendo así que la panorámica de Toledo no solo sea la más bonita de noche, sino que sus calles también sean reconocidas como las más distinguidas durante el día.
Muros con grietas, tejados hundidos, canalones sueltos, puertas y ventanas tapiadas o a medio tapiar, cristales rotos, desprendimientos en las paredes, vallados de seguridad, goteras, palomas anidando, gatos refugiándose, heces, grafitis, vecinos temerosos de que un día, una pequeña chispa prenda todos los rastrojos que han germinado en la ruinosa vivienda con la que comparten medianería.
Inmueble en situación de ruina visible en la calle Azacanes. - Foto: Yolanda LanchaA día de hoy, el Casco Histórico de Toledo cobija entre sus calles a 98 inmuebles que están visiblemente ruinosos. La Tribuna de Toledo ha comprobado a pie de calle cuáles son los edificios y solares que padecen un considerable deterioro en el Casco, contrastando simultáneamente el estado actual con el catastro. Según el Consorcio de Toledo, el recuento asciende a 250 inmuebles, ya que, no solo contabilizan los edificios en ruinas, sino que tienen en cuenta solares, edificios abandonados y deshabitados que no tienen porqué estar únicamente a las puertas de ser escombros.
Según explica el arquitecto Tomás Marín en el libro de 2018 'Casco Histórico de Toledo, Construir la convivencia', hay aproximadamente un 6,5% de viviendas en mal estado en el Casco Histórico, afirmando que no siempre muestran un mal estado visible, pero cuando lo hacen «tiñen el paisaje urbano de una sensación de abandono que puede resultar letal».
El Casco Histórico de Toledo, declarado en 1986 como Patrimonio de la Humanidad, ha traído a la ciudad grandes alegrías, pero no es un secreto que a numerosos propietarios de inmuebles les ha traído por el camino de la amargura. En el caso de los edificios en ruinas, la situación se complica aún más. Según explican fuentes de la Demarcación de Toledo del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, uno de los motivos por los que algunos propietarios de inmuebles en ruinas no los rehabilitan, reside en temer que aparezca algún patrimonio artístico o cultural que estanque el avance del proyecto de rehabilitación y desencadene el encarecimiento del mismo. Pero este no es el único motivo por el que se conservan en Toledo 98 inmuebles ruinosos. Las fuentes del Colegio de Arquitectos explican que las situaciones personales de cada propietario influyen y dificultan la solución al problema, como son los problemas familiares, conflictos en herencias, propietarios que residen fuera de la ciudad y que se han olvidado de la existencia del inmueble o, incluso, la falta de capital financiero con el que pagarlo.
Muchos vecinos de Toledo se han querellado ante los contratiempos que ocasionan estos edificios. Filtraciones de agua, riesgos estructurales e incluso el acceso de intrusos no deseados en las parcelas. ¿Las soluciones? Según la ordenanza municipal de Conservación e Informe de Evaluación de Edificios, oscilan desde las resoluciones entre propietarios, hasta la intervención del Ayuntamiento, pudiendo llegar a subrogar y ejecutar acciones en caso de fuerza mayor, incluyendo la demolición si hubiera una ruina física inminente.
Ante estos complejos problemas, el Consorcio de Toledo ha puesto a disposición de los ciudadanos una innovadora solución que busca alternativas a lo ya conocido y que afirma ser «pionera en España y Europa». La medida, puesta en marcha en enero de 2022, es una línea de ayuda a los edificios en desuso, que ofrece a los propietarios de edificios en ruinas o deshabitados, una rehabilitación integral del mismo a condición de que se convierta en una copropiedad entre los propietarios originales y el Consorcio de Toledo.
Así, esta línea de ayuda tiene como primeras beneficiarias a dos hermanas con propiedad en el Callejón de San Pedro, y se espera que la siguiente actuación se realice en el inmueble que colapsó en el callejón de Niños Hermosos en 2019. Una línea de ayuda que esperemos, haga resplandecer, aún más, a la panorámica más bonita del mundo.