Luis Meroño

Luis Meroño


La hora de los zombies

07/02/2023

¡Ay! los meses previos a las elecciones… donde se sustancian todas esas inversiones dejadas a propósito para última hora y en los que a muchos les entran las prisas por reunirse con todo tipo de asociaciones para poder redactar un programa electoral y enterarse de las preocupaciones de aquellos a quienes pretenden gobernar.
Y uno mira hacia atrás y recuerda todo lo vivido desde el inicio de legislatura. Cada reunión, cada mensaje, cada llamada, cada pregunta, cada iniciativa llevada a pleno, cada enmienda presentada a los presupuestos, cada negociación para sacar adelante algún punto de tu programa aun estando en la oposición… y me pregunto ¿qué diablos han estado haciendo los demás esta legislatura?
Pero el problema viene del desconocimiento de la gente, y que nos hemos acostumbrado a ello. Ahora es cuando nuestras ciudades y municipios tienen ese brillo especial de pintura nueva, olores a asfalto nuevo, flamantes iluminaciones led, multiplicación de actividades para todos: niños, adultos, mayores y hasta mascotas… También ahora es cuando muchos de los nuevos candidatos (o viejos) reaparecen y hacen una tournée pidiendo reunirse hasta con el gato de la esquina, prometiendo un mundo mejor y apuntando en una libreta, que luego se perderá, las propuestas que nunca tendrán pensado hacer en la siguiente legislatura.
Y es que, una vez elegido, el que gobierna con su habitual prepotencia no tendrá necesidad de atender a las necesidades del día a día, sino que diseñará gran parte de su acción política en preparar el próximo año electoral y que las inauguraciones coincidan en el mismo. Y al que queda en la oposición le supondrá mucho trabajo seguir cumpliendo su función de representación y mantener de forma constante canales bidireccionales de comunicación con la ciudadanía.
Tampoco hay nada nuevo bajo el sol, y la sabiduría popular se encarga de definirlo. En mi municipio precisamente los denominan 'los zombies', porque sólo se les ve en periodo preelectoral. Estoicamente aguantan el desfile y se preguntan dónde estaban hace un año, o dos, o tres; porque igual que uno paga impuestos todos los años y espera servicios públicos de calidad, mantenimiento adecuado de las instalaciones municipales y mejoras constantes, espera que sus representantes públicos estén ahí siempre.

Y es que lo que necesitamos es personas que decidan trabajar con vistas a una década y no a unas elecciones, en el día a día, pero poniendo cada piedra necesaria para transformar la sociedad y hacerla más justa, más libre, más próspera.
Yo he elegido el trabajo diario, el de hormiga, el que fiscaliza cada expediente municipal, cada contratación, cada presupuesto, cada decreto… el trabajo que no se ve, y se desconoce, pero que se siente, que transforma, porque, ¿por qué no decirlo?, una buena oposición hace méritos también para un buen gobierno, porque de eso se trata todo esto, ¿no?