Lo más esperpéntico de una noticia esperpéntica es que alguien la tome en consideración. Es lo que ha ocurrido cuando ha trascendido que Vox había ofrecido a Ramón Tamames ser el candidato a la presidencia del gobierno en una moción de censura presentada por el partido de Abascal. Ramón Tamames, economista de reconocido prestigio, intelectual de peso, hombre que se inició en política en el partido comunista y que acabó sumándose al CDS de Adolfo Suárez y abrazando el centrismo.

Es una noticia no confirmada a la hora de escribir estas líneas, pero que nadie desmiente. Ha habido varios encuentros entre Tamames y Abascal, el último este mismo miércoles. Habrá que estar atentos.

La política en España es tan surrealista que se asume que es posible lo más disparatado. Porque, por muy conservador que sea hoy Ramón Tamames, que Vox le pueda haber ofrecido ser el candidato en su moción de censura y que Tamames lo considere, suena a inocentada. Por no hablar de la edad del candidato, 89 años.

Otra operación que no hay por dónde cogerla es la protagonizada por Begoña Villacís, una de las cabezas más lúcidas de Ciudadanos, a quien todos daban por segura figura relevante del ayuntamiento de Madrid con sus propias siglas -aseguraba que se iría a casa antes de presentarse con otras- y que ha dado todos los pasos equivocados que puede dar un político.

Sabiendo que jamás contaría con el apoyo de Isabel Ayuso, accedió a un encuentro secreto con el coordinador general del PP, Elías Bendodo, que sale también mal parado de esta peripecia porque incumple lo que siempre dijo Feijóo, que los dirigentes regionales decidirían las candidaturas. Por otra parte, Villacís pecó de ingenuidad -el mal de tantos políticos defenestrados- al creer que un encuentro de esa envergadura podía mantenerse en secreto.

Hace una semana, Villacís podía aspirar a negociar con Martínez Almeida un puesto en su lista y que él convenciera a Isabel Ayuso; podía aspirar a formar parte de una candidatura del PP al Congreso de los Diputados, podía aspirar también a ser nuevamente candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Madrid o a un escaño en el Congreso, aunque con pocas posibilidades en estas dos últimas opciones … y entonces empieza a tomar decisiones insólitas, hasta el punto de que solo un milagro podrá salvar su carrera política.

En la izquierda, el presidente de gobierno no se atreve a poner en su sitio a Irene Montero por si rompe la coalición, de tal manera que Sánchez transmite que es rehén de la ministra de Igualdad. También en la izquierda Yolanda Díaz es oscuro objeto de deseo de Podemos y del Psoe, lo que indica el nivel en el que se mueve la política española.

Estos políticos son los que abominan de los que hicieron la Transición… Qué más quisieran que contar en sus filas con uno solo de los diputados de aquellos tiempos. Uno cualquiera.