Arreglar unas calles que no se arreglaron desde hace varias y variadas corporaciones municipales es empezar a entender el Centro Histórico de Toledo en otras claves: mejorar la ciudad para que unas gentes vivan y otras puedan visitarla sin tener la sensación de que viven o visitan una ciudad decrepita.  Varias corporaciones se sucedieron y ninguna se atrevió con la calle del Comercio o la plaza de San Vicente, por ejemplo. Los comerciantes, apurados siempre por sus beneficios, se oponían con temor a que los flujos de sus mercaderías se interrumpieran por las obras. Elegir San Juan de los Reyes hasta la puerta del Cambrón para acometer una reforma del vial implicaba riesgos, por ser un camino de salida de la ciudad. O atreverse con el Cristo de la Luz, que también tiene  mérito. Y así sucesivamente.
Existen dos maneras mínimas de enfrentar las dificultades de un centro histórico: la práctica y la teórica.  A Toledo le sobran teorías sobre cómo incorporar a los tiempos actuales una ciudad medieval y renacentista sin perder sus tramas esenciales. Habitualmente a estas teorías les faltan concreciones. Una de esas faltas es la de la financiación de reformas y arreglos. Partidos hay que anuncian como promesa, que se incumplirá indefectiblemente, la rebaja de impuestos. O como ha dicho el dudoso candidato del PP 'hacer más con menos'. Et voilá, la cuadratura del círculo. La frase y las promesas pueden servir en un mitin de seguidores partidarios, pero  cuadra mal  cuando se traslada a la realidad de arreglar  calles antiguas o edificios en ruinas. La otra forma de acometer la  habitabilidad del centro histórico es la práctica. Empezar por lugares estratégicos, como es el caso, para luego continuar con otros viales que necesitan arreglos imperiosos, dado sus abandonos anteriores.
Lo mismo vale para Vega Baja. Se ha anunciado un proyecto, el primero desde que se paralizarán aquellas megalomanías de ladrillos a mogollón. Ignoro sí con razón o sin ella ha habido gentes a quienes los  'monos' presentados, no les han gustado. No queda clara cual pudiera ser su alternativa, excepto dejar el espacio como está lo que, evidentemente, no es solución ni urbanística ni ambiental. Así que, supongo, que lo que importa es comenzar por algún  sitio y con algún proyecto recuperador. El dibujado no puede ser más inocuo. Tiempo habrá para las discrepancias.