Estabilidad y gestión o cambio de modelo, avales para mayo

Javier D. Bazaga
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Los líderes políticos tienen cinco meses para convencer a los ciudadanos de que deben ser ellos los que deben llevar las riendas de Castilla-La Mancha. Continuidad y estabilidad, o cambio de modelo

Estabilidad y gestión o cambio de modelo, avales para mayo - Foto: Javier Pozo

El año que acaba de arrancar comienza con una cita política clara en el horizonte: las elecciones municipales y autonómicas que tendrán lugar el 28 de mayo. Serán esas urnas las que recojan el sentir de la ciudadanía tras una legislatura atípica como pocas, en la que las crisis se han ido solapando. Cuando el viento parecía soplar a favor en la economía, el empleo y en lo social tras la crisis financiera de 2008, llegaba una pandemia que lo volvía a poner todo patas arriba. Con ella, una crisis sanitaria, social y económica que obligó a cambiar el orden de las prioridades de todos los gobiernos del país, desde el nacional a los autonómicos, y también los locales.
Además, al poco de arrancar el 2022 que acabamos de despedir, comenzaba la invasión de Rusia a Ucrania ordenada por Vladimir Putin, iniciando una guerra que ha puesto en jaque a las principales democracias europeas, y provocando una reacción en cadena cuyos efectos aún estamos padeciendo: una crisis energética, la escalada de precios de las materias primas, el encarecimiento de los alimentos, los elevados costes de producción de bienes y servicios, o una elevada y sostenida inflación en toda Europa. Todos esos elementos estarán presentes en una votación en la que los líderes de los principales partidos políticos medirán sus fuerzas, su grado de conocimiento y su capacidad de gestión.

PSOE

Ese será el caso del PSOE autonómico, tras siete años y medio en el gobierno bajo la presidencia de Emiliano García-Page, quien seguirá ofreciendo una política pensada en la comunidad autónoma y sus ciudadanos, por encima incluso de las siglas de su partido. Así lo ha hecho en los últimos compases del año, en los que la polémica por la reforma del Código Penal para modificar los delitos de sedición y malversación le ha vuelto a enfrentar a la cúpula del PSOE en Ferraz, y al propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez. También con la Ley de Bienestar Animal o en su empeño por acabar con el Trasvase Tajo-Segura.
Pero también hará balance de gestión de estos años en la comunidad, y de la última etapa donde los fondos de recuperación europeos han marcado el ritmo. Page ya presumió en su discurso de Navidad de agilidad en la gestión de esos recursos, siendo una de las comunidades autónomas que más ha hecho para su rápida ejecución.
Además, blandirá la aprobación de leyes como la pionera Ley de Diversidad Sexual y derechos LGTBI, la Ley de la Viña y el Vino o la de Medidas para la Agilización Administrativa de Proyectos de Energías Renovables. La capacidad de atracción de empresas e inversiones a la comunidad será otro de los activos que utilizará para convencer al electorado, al igual que se apoyará en otro de los puntos fuertes que suele exhibir, la «estabilidad» de un gobierno «moderado y fiable».

PP

Por su parte el PP mantendrá su estrategia de hacer responsable de las políticas del gobierno central –de coalición con Unidas Podemos– al presidente castellano-manchego, para tratar de erosionar así su credibilidad política. El hecho de que los diputados socialistas de la región en el Congreso no se rebelaran para votar en contra de esa reforma de los delitos que beneficiarían a los presos del procés ha sido, y seguirá siendo, utilizado como munición por los de Paco Núñez, esgrimiendo ese argumento de que «Page dice pero no hace», que da titulares nacionales enfrentándose a Sánchez pero no se corresponde luego con sus actuaciones.
El líder de los 'populares' en Castilla-La Mancha se volcará en hacer ver al votante que, por mucho que se quieran distanciar, «Page y Sánchez son lo mismo», para que el próximo mes de mayo el ciudadano tenga que elegir si quiere «acabar con el socialismo». En esa clave hará su campaña estos meses, dejando claro que si esa mayoría que otorgan las encuestas al PP y a Vox –aunque gane las elecciones el PSOE– será indicativo de que deben pactar para formar gobierno. Esa será su lectura en caso de que la suma de ambas formaciones les den más diputados que al PSOE: que una mayoría de ciudadanos rechaza la gestión de Page. Y pactará en consecuencia.

Vox

Pero necesitará de ese otro partido, Vox, que acaba de designar a un candidato desconocido por la mayoría de la ciudadanía, David Moreno, portavoz de su formación en el Ayuntamiento de Talavera, y para quien «sería un honor seguir los pasos de Juan García Gallardo», actual vicepresidente de la Junta de Castilla y León. Tras especular con candidaturas como la de Ortega Smith o Inés Cañizares, diputada nacional en el Congreso por Toledo, finalmente los de Abascal han optado por un candidato de perfil bajo, absolutamente «desconocido» para el Ejecutivo regional, para hacer que prevalezca la marca frente a liderazgos muy definidos y evitar resultados como el de Andalucía, con Macarena Olona. Las encuestas le otorgan varios diputados en las Cortes, dependerá de cuántos obtenga para lograr lo que sería todo un éxito para ellos, que Paco Núñez le haga vicepresidente del Ejecutivo autonómico. Una fórmula que seguro se replicará en municipios en los que las cuentas sumen.

Ciudadanos

La entrada de Vox en las Cortes sería un hito en la política regional, como lo sería también la salida de Ciudadanos, hoy con 4 diputados, y que las encuestas ya no contemplan con representación alguna. En pleno proceso de refundación a nivel nacional, la coordinadora regional, Carmen Picazo, no parece haber logrado rentabilizar el trabajo desarrollado en las Cortes, así como en su labor de gestión en municipios en los que ha llegado a acuerdos de gobierno como Albacete o Ciudad Real. La lucha de poder abierta en la cúpula nacional entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal, tampoco va a ayudar a pulir la imagen de la formación liberal. Mientras, Picazo propone aligerar el peso de la administración, mejorando la eficiencia de los servicios administrativos, y una apuesta más decidida por los empresarios, pymes y autónomos, para una mayor dinamización de la economía regional.

Coalición progresista

En la izquierda –a la izquierda del PSOE– las distintas formaciones regionales debaten estos días en grupos de trabajo la posibilidad de concurrir con una candidatura única. Una apuesta por la unidad que también se está dando a nivel nacional, y con la que se quiere concentrar ese voto para evitar que quede diluido en numerosas formaciones. Podemos e Izquierda Unida, con sus líderes José Luis García Gascón y Juan Ramón Crespo respectivamente, serían la argamasa que permitiría esa unidad con otras formaciones como Alianza Verde, Verdes-Equo, Más CLM y Partido Castellano. Aunque aún no se ha decidido un candidato claro, parece que el líder de Podemos, Gascón, podría encabezar esa oferta para arañar algún escaño que las encuestas tampoco les dan.
Faltan aún cinco meses para esa cita, pero la tensión ya se deja ver en las intervenciones de los dirigentes políticos. A partir de ahora todo estará medido cuidadosamente para lograr el objetivo, llegar a mayo con los deberes hechos y obtener la mayor representación posible.