«La burocracia es un mal general de la universidad española»

M.G.
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El decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales considera que la seña de indentidad de la Universidad de Castilla-La Mancha es la «presencialidad»

José Alberto Sanz Díaz-Palacios, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales del campus de Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

¿Cómo definiría la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo?

Somos una universidad abierta a la sociedad y prestamos un servicio importante en la comunidad autónoma. Insisto en la buena labor académica y docente de la Facultad, en las instalaciones que tenemos y en nuestra actividad en la revitalización de la actividad económica de Toledo. La universidad está siempre a la escucha para dar respuesta a las necesidades y al ámbito laboral.

Además, la investigación es fundamental y contamos con dos perfiles de profesores, el académico, y el asociado, que nos enriquece con su experiencia profesional, con lo que el alumno se beneficia de los dos enfoques y sale con una formación excelente.

¿Qué grados tienen más tirón en estos momentos?

El de Estudios Internacionales, que se implantó en el curso 2018-2019, con lo que en unos meses saldrá la primera promoción. Es la joya de la corona, sin desmerecer. También Administración y Dirección de Empresas y Derecho tienen muy buena acogida. En los últimos años estamos potenciando también los itinerarios de doble grado y tenemos tres: Derecho y Administración y Dirección de Empresas, Derecho y Estudios Internacionales, y Administración y Dirección de Empresas y Estudios Internacionales.

Está en marcha una reforma universitaria desde hace meses aunque aún no se haya materializado. ¿Qué sería necesario reformar?

Se necesita una reforma drástica de la burocracia, pero no es un mal de la Universidad de Castilla-La Mancha, es un mal de la universidad española en general. También pedimos un apoyo importante a las cuestiones docentes e investigadoras en la medida en la que la burocracia ha ido interfiriendo en esta actividad. Queremos un apoyo institucional del Ministerio a la labor del profesorado y a la labor docente e investigadora, ligada a la reducción drástica de la burocracia administrativa universitaria.

¿También haría falta una mayor consolidación de la plantilla?

Por supuesto. A veces, uno se olvida cuando ya es profesor titular, en mi caso, acreditado a catedrático, de la situación en la que se encuentra una gran mayoría de compañeros. No quiero que sea así. No es un problema de la Universidad de Castilla-La Mancha, sino de la Universidad en España. Hay que dar salida al profesorado, dotarlo de estabilidad profesional e ilusionarlo. También es muy importante que entre savia nueva, la incorporación de jóvenes investigadores y que se asegure un adecuado relevo generacional del personal docente e investigador en la Universidad española contemporánea.

Por tanto, esa reforma incidiría en la excelencia del servicio público que la Universidad realiza en la sociedad española, considerando además que impulsaría la consolidación de las universidades más jóvenes y las establecidas en zonas rurales, con lo que contribuiría a revertir la despoblación en una parte nada desdeñable del territorio nacional.

¿Cómo valora el proyecto de reforma universitaria que ha puesto el Ministerio encima de la mesa?

No conocemos la reforma en profundidad y únicamente puedo hablar de estas ideas que he apuntado. Pero esa línea de debate y discusión propiciaría que se tomara buena nota.

Otras universidades están apostando por incluir el formato online en sus grados. ¿La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales avanzará también en esa línea los próximos años?

Lo tenemos descartado. Por la pandemia sí hemos tenido que recurrir a este formato, pero tenemos muy claro que somos una universidad presencial, aunque para reuniones internas o juntas de Facultad lo hagamos así. Únicamente para cuestiones internas.

¿Y ampliar la Facultad con el formato online no ayudaría a impulsarla aún más?

Es muy importante el trato humano profesor-alumno, y alumno-alumno. Si uno está en casa no vive la universidad. El formato online está diseñado para el alumnado que compatibiliza trabajo y estudios y ahí está la UNED y otras universidades para cubrir la demanda, pero nuestra seña de identidad es la presencialidad.