Vox ha determinado que sea su portavoz en el ayuntamiento de Talavera, David Moreno, quien encabece su lista a la Junta de Comunidades y que Inés Cañizares, portavoz adjunta en el Congreso, vaya al Consistorio toledano. Lo que hace un tiempo pareció el desembarco de Normandía con la llegada de Ortega Smith a Castilla-La Mancha, finalmente ha quedado en aguas algo más remansadas con el concejal talaverano, de quien existen buenas referencias, pero cuya presencia mediática ha sido mucho más reducida. Se cuenta de él, sobre todo, la denuncia que formuló de los coches enchufados en el ayuntamiento talaverano y alguna otra cosa más. De Cañizares, quien en principio sonaba con mucha fuerza para la Junta de Comunidades, tengo un concepto elevadísimo. Su papel en el Congreso ha sido brillante, sustituyendo nada menos que a Macarena Olona, pero tengo para mí que, por eso mismo, no ha querido repetir su jugada en Andalucía. Es economista, de Las Pedroñeras y con inteligente conversación. Pero una cosa es el Congreso y otra Toledo, sus barrios y la realidad de una ciudad milenaria y por eso mismo, complicada.
Núñez se ha apresurado a decir que pactará con Vox para echar al socialismo de Castilla-La Mancha si los votos y la aritmética lo permiten. En esto, hay que reconocer al líder de la oposición que no tiene miedo a lo que le digan de fuera y tira sin caretas hacia adelante. De esta forma, queda clara que la diatriba que los castellano-manchegos tendremos en mayo serán otros cuatro años de Emiliano o la suma del experimento PP y Vox, como ya ha ocurrido en Castilla y León. En el ayuntamiento de Toledo, la cuestión será más o menos similar. Cuatro años más de Milagros Tolón, apoyada quizá por Podemos, frente a Charly e Inés en el caso de que sus votos sumaran y pudiesen alcanzar el bastón de mando de la Ciudad Imperial. Tolón se ha descubierto como un Bono con faldas y es hueso duro de roer en los barrios, con la gente y la llaneza con que asumió el cargo. Se ha pasado la Navidad de convento en convento, felicitando a las monjas y escuchándolas. Una de las madres dice que solo ella le cogía el teléfono cuando la pandemia. Ahora habrá de contender con dos figuras que iban hacia el panorama regional, pero se han quedado en el local. Las elecciones de Toledo cobran así interés y demuestran que la capital es más que una consejería, de igual forma que la alcaldía de Madrid es más que un ministerio.
En las regionales, el gran error del PSOE sería caer en la autocomplacencia del 'está todo hecho'. Pese a que haya encuestas clarividentes, la situación del país pasa factura a la marca y Emiliano debe desgañitarse para quitarse de en medio a Pedro Sánchez. Sus palabras el otro día en Ocaña fueron un zapatazo, un aldabonazo que resonaba ya a la media hora en Tik Tok, prueba de su éxito. Presentar encuestas de entre diecinueve y veinte escaños induce directamente a la relajación y desmovilización. Sensu contrario, si la línea se traza entre dieciséis y diecisiete, que es donde puede estar la tostada, la correa se tensa y el personal espabila. Entre otras cosas, porque algunas de las virtudes que ya ha demostrado Paco Núñez son su tesón, capacidad de trabajo, ánimo y disposición a agradar y escuchar a los colectivos en Castilla-La Mancha. La partida está abierta y todo puede ocurrir. La Historia está llena de sinos determinados, pero también de imprevistos y sorpresas.

Tolón se ha descubierto como un Bono con faldas y es hueso duro de roer en los barrios, con la gente y la llaneza con que asumió el cargo»