Erató era en la Antigua Grecia la diosa de 'lo amoroso, lo sencillo, la poesía'. De ahí que el Erató Fest, se conciba como una sensibilidad exquisita y una tranquilidad poética. Este año alcanza su quinta edición y sin perder su esencia poética y musucal, ofrecerá una nutrida programación que se desarrollará en escenarios monumentales de la ciudad.

Así lo explicaron en la tarde de ayer en la presentación del festival en el hotel Eugenia de Montijo. La cita, que está organizada por la Asociación Apolo, tendrá una jornada principal el 8 de octubre en el Castillo de San Servando, con «la mejor vista panorámica del mundo por la Oficina de Congresos y Convention Bureau de Japón (Yakei)», tal y como recuerda José Julián Uceta, director del festival, además de otra jornada de «prefest» el 7 de octubre en el Museo Sefardí, ubicado en la Sinagoga del Tránsito. 

Un festival de música que se define como «interdisciplinar», y que tendrá como punto álgido el sábado 8 de octubre, cuando durante más de siete horas, los asistentes podrán presenciar las actuaciones de grupos como DORA, Hermanos Cubero, TéCanela, Lisasinson, Caamaño&Ameixeiras, Estrella Fugaz y Ana-Sánchez Cano Ensemble, además de alguna sorpresa «aún por confirmar».

De este modo, se aúnan talentos emergentes del panorama nacional junto a otros más reconocidos, a los que se suman artistas de la región. Diferentes estilos y formatos que conectan lo tradicional con lo contemporáneo, lo local con lo global. Poniendo en valor «nuestra identidad y abriéndonos al mundo», afirman desde la organización. 

Al elenco de artistas, hay que sumar como aliciente otra serie de características que definen a Erató Fest, como su «carácter inclusivo», que permitirá el acceso al recinto con entradas a 10 euros, con los menores de 12 años con entrada gratuita o el detalle para los asistentes de una corona floral confeccionada a mano por Pecci Arte Floral, colaboradora habitual del festival. 

Del mismo modo, el festival organiza actividades paralelas a la programación principal para todas las edades. La lírica tendrá, como siempre, su espacio en el festival, apoyando la lectura y la escritura a través de: lecturas poéticas, micro abierto, firmas de libros o talleres de eco-poesía para niños. Al igual que la gastronomía, que contará con catas de vino o cerveza, degustación y promoción de productos típicos.

Un mercadillo durante toda la jornada con flores, libros, artesanía, moda, o merchandising de las bandas participantes, mantendrá la máxima de ser «respetuoso con el entorno, mínimo impacto medioambiental», tal y como explica Uceta, que recalca que apuestan por el «rico patrimonio monumental pero también al humano», lo que se materializa en «crear una conexión real entre artistas y públicos, y abordar sus inquietudes y problemas a través del arte, mediante la música principalmente».