Ignacio Morán, médico de cabecera del centro de salud de Yepes, ha encarado la sexta ola de la pandemia con la variante ómicron en boca de todos, y mantiene los mismos resultados satisfactorios con el tratamiento que publicó hace un año en una revista estadounidense. «Nuestra experiencia sigue siendo muy positiva. Creemos que el tratamiento sigue funcionando», aseveraba ayer a este diario.
Morán subraya que los pacientes de Yepes sometidos al tratamiento tras padecer síntomas se han curado en un plazo de dos días; en el más prolongado, el infectado se recuperó en cinco días. «La respuesta del tratamiento es más rápida y eficaz», sostiene el facultativo, quien publicó el trabajo el día 16 de enero en la publicación 'Pulmonary Pharmacology & Therapeutics', junto con las doctoras Judith Alvarenga y Karina Villar. Y apostillaba: «Ninguno ha ido al hospital en la sexta ola».
Se trata de la combinación de antihistamínicos y el antibiótico azitromicina. El primero se utiliza también de manera profiláctica por muchos ancianos de la localidad, tal y como aconsejaba el médico antes de las fiestas navideñas en un nuevo vídeo dirigido a sus pacientes, como recogió este diario. La base del tratamiento supone la administración a los pacientes con síntomas de dos dosis de antihistamínicos al día, más una de azitromicina diaria durante tres días. Para los pacientes con síntomas leves o jóvenes, los médicos recetan solo antihistamínicos.
El doctor reconoce que el centro de salud ha vivido «el mismo bum» de casos que el resto del país en las Navidades, pero desconoce los datos de las poblaciones en la evolución de los pacientes con Covid-19.
Los doctores sacan tiempo de sus funciones diarias para avanzar en la ampliación del estudio sobre los resultados de la aplicación del tratamiento en el centro de salud de Yepes. De los 467 pacientes diagnosticados y sintomáticos en los primeros 17 meses de la pandemia, fallecieron tres. Los doctores atribuyen a la Covid-19 solo la muerte de uno de ellos, un vecino de 60 años. Los otros dos eran mayores de 80 años y padecían enfermedades asociadas. Desde abril de 2020 hasta febrero de 2021, no murió ningún paciente de los que recibieron el tratamiento. «En una época en la que la gente moría diariamente en cifras lamentablemente escandalosas», apuntaba hace unos meses a este diario.
El estudio publicado correspondió a los resultados en otros 84 internos en las residencias de mayores de Yepes y Huerta de Valdecarábanos. «No se informaron ingresos hospitalarios, muertes ni efectos adversos de estos medicamentos en nuestra población de pacientes», concluía el trabajo.