Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


Espiral maldita

20/06/2022

El sector agroalimentario entra de nuevo en una compleja y maldita espiral de crisis que pone a prueba su fortaleza, su resistencia, pero también la contundencia y la eficiencia verdadera de la ley de la cadena alimentaria, recientemente reforzada.
La escalada inflacionista, el cambio en la política monetaria, crediticia, la subida de los tipos de interés, del coste de la vida, de la cesta de la compra, de todos los insumos para producir, desde los energéticos (gasóleo, fertilizantes, fitosanitarios, semillas, electricidad… ) a los laborales de recolección y manufactura, de la logística y transporte, todos estos elementos dibujan un escenario comercial insólito en el que tendrán que navegar los próximos meses.
La vulnerabilidad de sectores más perecederos como el hortofrutícola, elevan el riesgo de tener que capear posibles situaciones chantajistas para no tragar  con 'las lentejas de Diógenes', vender a pérdidas –que ya está prohibido- o quien sabe si de abuso en alguna negociación. En su contra, que siempre tendrán que adoptar respuestas rápidas para evitar el colapso o el hundimiento de las cotizaciones por saturación de oferta. Aquí las organizaciones de productores (OPFH´s) tendrán un papel relevante.
COAG denuncia ya 'bajadas bruscas' en los precios que perciben los productores de melón y sandía del Levante que, sin embargo, llegan al lineal con un precio altísimo muy pocas veces visto. El temor a que el consumo se retraiga como parece que podría estar ocurriendo, se traduce ya en revisiones de contratos de las siguientes partidas mientras las pizarras siguen congeladas en la frutería. La primera consecuencia: el atasco de kilos en los almacenes de origen en una campaña de invernadero que después dará paso a las plantaciones a cielo abierto, antes de que Murcia y Almería cedan el testigo finalmente a los agricultores de Castilla –La Mancha.
Ni siquiera la ola de calor ha logrado acelerar las salidas en los supermercados, comercios y pequeñas tiendas, lo que representa una mala señal después de semanas preparando las ventas y peleando por una revisión de liquidaciones que cubran los costes tras las mermas que ocasionaron las heladas de primavera en nectarinas, albaricoques, pavías o melocotones, y pérdidas en sandía y melón por las inundaciones que tuvo Murcia y que solaparon las siguientes fases de plantación.
La ley de la cadena alimentaria regula la cobertura de costes, pero también dice que el valor se construye de abajo a arriba lo que implicaría que, si no hay una respuesta en destino, en el tramo final, opere otro principio: el de oferta y demanda. Y si resulta que la demanda está contraída porque las familias están hasta arriba de gastos y se espantan con ciertos precios, cabrá que se reaccione para repartir los ajustes que correspondan, pero entre todos y con proporción.
El sector se teme lo peor y traslada su vigilancia a las aduanas en fronteras donde muchos operadores encuentran fácilmente sustitutivos. Este debate de hecho, también está servido por la imperiosa necesidad de implantar unas 'cláusulas espejo' que vienen reclamando los agricultores y ganaderos ante una Comisión Europea ahora más receptiva como se vio en el último Consejo de Agricultura de Luxemburgo para que esas producciones cumplan con los requisitos más elementales que se exigen aquí, desde los de bienestar animal, fitosanitarios, hasta los laborales. Medidas de trazabilidad al fin y al cabo que nos permiten tener una seguridad alimentaria fuera de toda duda pero que, sin embargo, ha encarecido los costes del eslabón más débil y pocos están dispuestos a pagar.