Luis Miguel Romo Castañeda

Tribuna de opinión

Luis Miguel Romo Castañeda


Jennifer López, o el autoconocimiento como vía al éxito

13/07/2022

«Toda mi vida ha sido una batalla para que se me escuche, para que se me vea, para que se me tome en serio. Y ahora tengo la oportunidad de demostrarle al mundo quién soy». Así podríamos introducir Halftime [Medio tiempo], un documental con el que Netflix está rompiendo este verano las pequeñas pantallas, por dar a conocer la vida de una puertorriqueña que emigró del Bronx de Nueva York para convertirse en un icono planetario. Ochenta millones de discos vendidos con 15.000 millones de reproducciones, casi 40 películas protagonizadas y 350 millones de seguidores en redes sociales. Hablo de Jennifer López, -J-Lo, para los amigos-. Y si en mi última tribuna reflexioné sobre el concepto de valentía, hoy quiero exponerles como ejemplo la peripecia de esta artista, que no solo ha revolucionado la industria por sus múltiples talentos, sino también por un laboratorio moral que ha hecho que su personalidad conquiste ipso facto al público. Acompáñenme, por favor, a conocer los bastidores de Halftime, un documental, que se está erigiendo como una oportunidad para filosofar desde la calle. Para pensar en comunidad frente a las derivas sociales de nuestros tiempos.
Nuestra aventura de hoy posiciona el honor como principal tubo de ensayo. Digamos que el honor hoy en día es una virtud que, vestida de valentía, defiende la excelencia, ampara al débil, desprecia la sumisión, aspira al bien común, contesta a los ataques y promulga la autodefensa. Y J-Lo, como si hubiera sido discípula de Confucio, Buda o Sócrates, demuestra aspirar al mismo mediante el autoconocimiento: «Tuve que preguntarme cual era mi mensaje y qué defendía. Averiguar quién era, y creer en eso». Autoconocimiento solo accesible a través de evolución: «Mi idea del éxito es seguir evolucionando, salir de la zona de confort y hacer algo diferente». Lo dejó claro cuando luchó por su polifacética personalidad: «¿Por qué no puedo dedicarme profesionalmente a varias cosas?». Ese autoconocimiento, en clara línea con la filosofía estoica del romano de Epicteto, le impulsó dos creencias básicas para una psique sana. En primer lugar, autoestima. Concepto que no tiene nada que ver con 'amarse a uno mismo', sino con 'evaluarse a uno mismo'. Saber que, aunque vengas de una comunidad latina, sin recursos, puedes tener un papel en el mundo. Creer en tu independencia, perseverancia y autoexigencia. Levantarse y volver a la lucha a pesar de sufrir el rechazo de directores, representantes o incluso los Oscar. Y, en segundo lugar, autorrespeto. Creer en la defensa de tu dignidad mientras revistas y tertulias reducen tu carrera a tus curvas o parejas. Saber lo que te debes, a pesar de que espacios como Hollywood sean gobierno de hombres.
Ambas creencias derivaron en unos comportamientos que hicieron que J-Lo reconociera su herencia y trabajara para la comunidad: «No trabajo para ser la mejor, sino para generar un cambio». Palabras que exponen un concepto que, a pesar de estar ocultas en nuestros días, debería inculcarse más en la escuela por ser pilar para toda ética: el deber. Así destacamos su lucha por la valoración de imágenes no convencionales frente al tradicional canon de belleza femenino anglosajón. O por reclamar a la mujer en todos los planos de su ser, desde la fortaleza hasta la sensualidad: «A veces pensamos que, si somos demasiado sexys, no se nos tomará en serio, pero no puedes cancelar partes de ti. Todas pueden coexistir y hacerte real».  Este empoderamiento lo ha manifestado continuamente, desde su célebre tonada Ain´t your mama [No soy tu madre], hasta su papel como productora de Estafadoras de Wall Street. Una atípica película que pretende enfrentarse a un sistema de valores rotos, mediante una historia sobre el poder y la codicia de unas bailarinas de barra que, con pocas opciones, anhelaban el sueño americano. Una historia que rompe el statu quo cultural de Hollywood, no solo por hablar de mujeres racializadas, sino también de mujeres que cometen actos cuestionables.
Sin embargo, Halftime se centra especialmente en la actuación de J-Lo durante la Super Bowl de 2020: «quiero algo grande, no solo a nosotras moviendo el trasero con la danza del vientre. Vivo en unos EE.UU. que no reconozco. El muro, los niños en jaulas…tengo la responsabilidad de no callarme, de no dejar la política a los demás». Así, como protesta a las aduanas trumpistas, y a pesar de los intentos de censura, se lanzó al estadio con su épica canción Let´s Get Loud [Vamos a hacer ruido], bajo un metafórico escenario que, con el símbolo de la mujer, estuvo rodeado de jaulas de luz con niñas. Un espectáculo que materializó la idea filosófica del griego de Diógenes, el cosmopolitismo (Kosmopolítes). Una idea posteriormente adoptada por el estoicismo, que hace defensa de un mundo global, donde la procedencia no es requisito para la ciudadanía. Que rompe con el estigma de 'griegos y bárbaros'. Y que, al ser puesta en práctica, alinea a J-Lo con su primer gran precursor, Alejandro Magno.
Hace un mes, dialogué con agentes sociales y diputados de la Asamblea de Madrid, en una mesa sectorial sobre igualdad y diversidad desde la cultura. Y concluimos en la necesidad de impulsar prácticas culturales que activen procesos de transformación social. Halftime lo hace. Porque no solo nos invita a buscar nuestro propio reconocimiento, sino también el del prójimo. Algo imprescindible si pretendemos situar la ética en medio de unas sociedades que no solo empiezan a utilizar la democracia como trampantojo del poder, sino a glorificar el individualismo y regionalismo mientras dañan sus vínculos internacionales e instituciones. Así que, gracias. Gracias Jennifer López, por hacernos reflexionar mediante el ejemplo de una bailarina racializada, que se ha convertido en actriz, para luego ser cantante y erigirse como estrella mundial. Que ha tenido la audacia de conocerse a sí misma para romper esquemas. Que ha luchado por reorientar moralmente su polis. Y que, con ello, ha llevado el honor a otro nivel.