Conocer y enfrentar el acoso escolar

María Jesús Álava
-

Tanto los colegios como las familias, así como los profesores y los propios niños necesitan recursos suficientes para afrontar esta dura realidad

Conocer y enfrentar el acoso escolar - Foto: Imagen de rawpixel.com en Freepik.es

El acoso escolar o bullying es una realidad dolorosa muy presente en nuestra sociedad que se da entre un 10 y un 20 por ciento en el alumnado de primaria y un 5-10 por ciento entre el de secundaria. Y eso que hay un acoso encubierto que pasa desapercibido a los ojos del adulto.

El tercer estudio sobre la percepción del bullying en España, presentado por Educar es todo y Totto, muestra que el 70 por ciento de los niños víctimas de esta lacra asegura no haber recibido apoyo del centro educativo. Lo cierto es que colegios, familias, profesores, niños… todos se sienten sin recursos suficientes para afrontar esta realidad.

Para situarnos, convendrá empezar por saber:

¿Qué es y qué no es acoso?

Silvia Álava, doctora en Psicología, puntualizaba en un reciente trabajo sobre esta materia:

- No es acoso:

    • Discusiones con los amigos.

    • Riñas entre iguales.

    • Peleas puntuales. 

    • Juegos que no tienen intención de causar daño.

- Es acoso:

    • Hacer daño de manera intencionada y deliberada al mismo alumno

    • Cuando existe el propósito de herir o hacer sufrir.

    • Los casos en los que se mantiene en el tiempo.

    • En el momento que existe un desequilibrio de poder.

¿Debemos esperar a que haya acoso para intervenir?

La respuesta es no, rotundamente. Hay que trabajar en la prevención y cortar cualquier conducta inapropiada o que suponga una falta de respeto hacia un alumno.

¿Quiénes están implicados en el acoso?

A menudo se olvida que esta situación no solo afecta a la víctima. Los implicados en un proceso de acoso son:

    • La víctima.

    • El acosador/a.

    • Los testigos mudos.

    • El centro escolar.

    • La familia.

Cómo puedo saber si mi hijo es una víctima. 

Si está sufriendo acoso, la víctima tiende a presentar síntomas de ansiedad: malestar generalizado, cansancio, rigidez muscular, mareos, dolores recurrentes de cabeza o de tripa (por la mañana se encuentran mal y no quieren ir al colegio, llegan incluso a vomitar, piden que les vayan a recoger antes al centro…).

También experimentan cambio de hábitos: hace todo lo posible por faltar a clase, quiere que le acompañen al colegio, cambia de ruta o no quiere ir en transporte escolar. Otras veces se puede manifestar con la negativa a salir con los amigos, o rechazar acudir a excursiones.

Igualmente, hay que estar atentos a sus cambios en el carácter. Puede estar más irritable, retraído, angustiado o triste. Presenta llantos incontrolados o ataques de rabia. Cuando se le pregunta, evita contestar qué le ocurre, pone excusas o dice que no pasa nada.

El niño también puede mostrar alteraciones en el sueño (somnolencia durante el día o dificultades para conciliar el sueño) y del apetito (come con ansiedad, o está inapetente), además de estar más distraído y olvidadizo.

Otra pista es si baja el rendimiento escolar. Vuelve a casa con moretones o heridas, con ropa o material roto... Puede incluso amenazar o agredir a otros niños menores o a hermanos más indefensos que él.

La baja seguridad y autoestima también suelen ser algunos de los posibles efectos del acoso en las aulas

Cómo puedo detectar si mi hijo está acosando a otros.

- Muestra comportamientos agresivos hacia los amigos y muchas veces también con algunos miembros de la familia. Insultan, amenazan, coacciona o mienten.

- Le cuesta empatizar con los demás. No es capaz de ponerse en el lugar del otro y no se siente culpables y minimiza su actuación cuando hace daño.

- Actúa de forma impulsiva.

- No conoce estrategias no violentas para resolver los conflictos y justifica la agresividad en las relaciones.

- Tiene baja capacidad de autocontrol y tolerancia a la frustración.

- En ocasiones tienen objetos que no son suyos y no sabe explicar de dónde proceden.

- Quiere reforzar su estatus social y tener poder frente al grupo.

Quiero ayudar a mi hijo víctima de bullying:

- Hay que ponerse inmediatamente en contacto con el centro escolar.

- No le culpabilices, ni os culpabilicéis como familia.

- Reconoce sus emociones y dale la oportunidad de exponerlas.

- Enséñale a ser asertivo, que sea capaz de decir lo que piensa, lo que quiere y lo que desea, sin imponer, sin agredir y sin quedarse callado.

- Que pida ayuda al adulto.

- Dale la opción de establecer nuevas amistades.

Conclusión:

En definitiva, evitemos la sobreprotección, pero pidamos apoyo profesional si lo necesitamos para que la víctima sepa que las conductas violentas solo agravarán el problema, que lo importante es que aprenda a defender sus derechos desde la asertividad y el respeto y que pida ayuda cuando lo necesite.