La regulación de los apartamentos turísticos es una asigantura pendiente. No solo para Toledo, sino para muchas ciudades españolas. La última noticia que se conocía al respecto es que el Consistorio pretendía regularla integrándola en el nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM), en vez de hacerlo por medio de una Ordenanza como en un principio estaba previsto, para protegerse ante los tribunales y no caer en los errores que ya han acontecido otros ayuntamientos españoles. En cualquier caso, el avance de ese nuevo POM, conocido hace una semana, no incluye nada al respecto, pero desde el Consorcio de Toledo sí que afirmaron en el día de ayer que la intención es plantear una modificación urbanística del Casco histórico que regule la situación de estos apartamentos por medio del Plan.
En todo caso, el gerente del Consorcio, Jesús Corroto, dejó claro que ellos no tienen ninguna competencia en esta materia y, ni mucho menos, los datos exactos de cuántos apartamentos turísticos hay en la ciudad. Pese a ello, Corroto sí que plantea que, en su opinión, debería crearse un registro o «foto fija con datos científicos» sobre el número de inmuebles de estas características para poder llevar a cabo «una línea estratégica a largo plazo».
Cree que para lograrlo hace falta un gran trabajo de campo, pero aboga por la unión de las instituciones para poder llevarlo a cabo. «Aunque el 90% de los apartamentos turísticos no entren por mi puerta, igual yo puedo aportar cuál es el número de empadronados en cada zona de la ciudad y, entre todos, intercambiar opiniones», destacó Corroto. Comentó, por tanto, que la fusión de las informaciones que puedan aportar todas las instituciones afectadas «tiene que dar un escáner de por dónde debemos ir, para abandonar de una vez por todas el Google Maps y trabajar sobre datos reales».
En lo práctico, la propuesta del Consorcio, sea con el POM o con cualquier otro mecanismo, es delimitar qué zonas están «colmatadas» de pisos turísticos, qué edificios están completos y cuáles libres para este uso, con el objetivo de «crear un equilibrio entre la ciudadanía y el turismo». Algo similar ocurre en ciudades como Barcelona, donde se establecen zonas más o menos saturadas de estos apartamentos de uso turístico con niveles en los que está prohibido otorgar más licencias y otros denominados 'en crecimiento'.
Jesús Corroto insistió en que no le corresponde a la entidad que representa tomar estas decisiones, pero ofreció su colaboración al Ayuntamiento para abordarlas. También reconoció que, tras la pandemia, es difícil conocer el número de licencias de uso turístico, porque «ha habido 'picos de sierra' sobre apartamentos que se convirtieron al uso residencial, unos volvieron y otros no, creando una situación muy inestable».