No era extraño que los reyes concedieran favores a los vasallos a cambio de diferentes prebendas. Es si cabe, más habitual aún que durante la Edad Media, los reyes concedieran recompensas por determinados servicios prestados, por algún hecho concreto en forma de prerrogativa a ciudades, señores, gremios o la iglesia, por los cuales los privilegios se otorgaban, generalmente a perpetuidad, en forma de exenciones de impuestos, concesión de tierras, derechos de explotación o labranzas y cuotas en los portazgos.
Todo ello, como cosa salida de la corte, contaba con la solemnidad del sello real, la firma de una retahíla de testigos y la inscripción en un pergamino para ratificar la concesión. Toledo no quedó al margen de ello, y al hilo de todos los recibidos de manos de Alfonso X, el profesor-doctor Nicolás Ávila Seoane,enumeró los que en ciudad se conservan; hasta 15 repartidos entre el archivo municipal (5), en el archivo catedralicio (6), en el archivo histórico nacional (3 procedentes del desamortizado Convento de San Clemente) y el que se conserva en el Museo de Santa Cruz, que fue concedido a los clérigos parroquiales toledanos, y que les eximía del pago de tributos a cambio de las misas ofrecidas por sus padres, abuelos y llegado el día por el propio Alfonso y su esposa.
Todos ellos, tal y como relata el propio ponente, suponen refrendas de privilegios anteriores, concesiones al Concejo de Toledo o a su clero a modo de gratitud o para eximirles de algo, como por ejemplo del pago de tributos.
En el inicio de su charla, Ávila explicó qué es un privilegio rodado, la evolución del signo rodado en la época de Alfonso X, un hecho sobre el que no se aventuró a arrojar conclusiones puesto que sigue estudiando sobre ello, y por último se centró en el expuesto en el Museo de Santa Cruz.
Los privilegios rodados podríamos datarlos de la segunda mitad del siglo XII, copiando el modelo del Reino de León, y fue en aquella época cuando se encuentra fechado el que se exhibe en el Museo, que cobra especial relieve en estos días con motivo del inicio de la celebración del VIII centenario del nacimiento de Alfonso X, del que el profesor apuntó que dada la solemnidad e importancia, por los beneficios otorgados de los documentos se ha facilitado su conservación, alcanzando más de 380 originales rubricados por la cancillería del monarca, a diferencia de los que suponían meras órdenes que tras su debido cumplimiento eran destruidos.