Un ángel de la guarda vestido de azul

Leticia G. Colao
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La rápida actuación del policía nacional David Díaz salvó la vida de la pequeña Martina cuando su padre apareció con ella sin respiración en la Comisaría. La niña ha salido ya del Hospital

Era lunes y el policía David Díaz acababa de iniciar turno media hora antes cuando se vio sorprendido por una historia que le acompañará de por vida. Ahora le tratan de héroe después de salvar la vida de una bebé a la que devolvió la respiración. 

El día y la semana comenzaron fuerte. Eran las 7,13 horas de la mañana y el agente prestaba servicio de seguridad en la entrada de la comisaría de Talavera. Fue entonces cuando observó la llegada apresurada de un hombre que, en pijama y descalzo, llevaba a su hija de 14 meses en brazos, «completamente inerte», gritando que «no podía respirar y que se iba a morir».

En ese momento no se piensa sino que se reacciona e improvisa. David salió rápidamente de la garita de la entrada, cogió a la bebé y la introdujo en su espacio de trabajo para practicar el protocolo de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) que afortunadamente conocía. Antes de eso, preguntó al padre, «que estaba como en shock», si la niña había comido algo al pensar en un primer momento que podría tratarse de atragantamiento. Al negarlo, por ser la bebé aún lactante, con 14 meses, inició el protocolo que, afortunadamente, tuvo final feliz. 

David Díaz, ayer ante la Comisaria de la Policía Nacional en Talavera.David Díaz, ayer ante la Comisaria de la Policía Nacional en Talavera. - Foto: Antonio A. TorresFueron momentos de tensión, cinco insuflaciones, la niña bocabajo, bocarriba, con los dedos en el corazón, en el esternón, hasta que finalmente comprobaron la reacción de la pequeña.

No recuerda David el tiempo  empleado en salvar la vida de la niña, aunque se le hizo interminable. «No llega al minuto viendo las imágenes de la cámara de seguridad -que se han hecho virales-, pero para mí fue una eternidad» y más porque el padre, Álvaro, observaba la actuación del policía mientras le repetía «por favor, haz algo». Esos segundos de angustia se tornaron en «emoción y alivio» cuando la niña empezó a respirar y tras continuar un poco más con el protocolo, «arrancó a llorar».

En ese momento, dos compañeros policías llegaron para ayudar y, conscientes de la situación, cogieron a la niña y la trasladaron en coche patrulla al Hospital. «Pensamos que iban a tardar menos que si esperábamos a una ambulancia». Por otro lado, otros dos compañeros trasladaron igualmente a los padres, Álvaro y Beatriz. 

El policía que salvó a la niña, se quedó en comisaría, «tranquilizándome», dice, y pensando qué más podía hacer para ayudar, por lo que llamaron al Hospital para avisar de la llegada de la pequeña, aunque la bebé ya se encontraba allí.

Fue el minuto más largo de su vida pero, afortunadamente, puede contarlo en positivo, y lo hace «emocionado». Con la niña respirando, «sentí un alivio muy grande, y a la vez una flojera tremenda, me temblaban las piernas, me desinflé», sensaciones que afloran una vez solventado el problema, porque durante su intervención, «ni pensaba».

En apenas dos minutos la niña llegó al Hospital y poco después lo hicieron los padres, en otro coche patrulla gracias a la rápida intervención de la Policía Nacional de Talavera. Dos efectivos más, además, se trasladaron a la vivienda de la pequeña Martina, frente a la Comisaría, donde dormían sus hermanos mayores, también pequeños, protegiéndoles hasta la llegada de un familiar.

La niña ya ha salido del hospital. La pequeña, que probablemente se quedó en shock por una fuerte subida de fiebre, recibió ayer el alta en el Hospital General Nuestra Señora delPrado, donde se ha recuperado. El mismo policía ha visitado a los padres en el centro hospitalario para conocer el estado de la pequeña, recibiendo además su infinito agradecimiento, no solo en persona sino también en redes sociales. «Nos están agradeciendo la actuación, a la Policía en general y a mí en particular», señala humilde el policía talaverano, quien vuelve a «emocionarse cada vez» que habla del caso.

Asegura sentirse «contento» y a la vez «abrumado» por tantas muestras de cariño y gratitud no solo de  los progenitores, también de familiares y compañeros, que muestran el orgullo de pertenencia al Cuerpo de la Policía Nacional.

David Díaz Miguel es talaverano, tiene 40 años y es Policía Nacional desde hace 12, desarrollando toda su carrera profesional en la Comisaría de su ciudad. Desde el pasado lunes, es además el «ángel de la guarda vestido de azul» de la pequeña Martina, con la que ya estará unido para siempre.