"España me salvó la vida"

Luis Ángel Reglero (EFE)
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La colombiana Diana Sarmiento sorteó la muerte al huir a Madrid tras ser víctima de violencia machista y ahora solo espera trabajar aquí y recibir el estatus de refugiada

La latinoamericana huyó de su país porque temía ser asesinada por su expareja. - Foto: Luis Ángel Reglero

Diana lo tiene claro. Si no hubiese llegado a España y hubiese sido acogida estaría muerta. Por eso, esta colombiana de 43 años no deja de agradecer al país que la proporcionó una segunda vida su eterna gratitud y de reiterar una y otra vez que «España me salvó la vida». Ahora, ya a salvo, solo sueña con lograr el estatus de refugiada y ayudar a otros solicitantes de asilo como ella.

Precisamente, son venezolanos y colombianos los principales solicitantes de protección internacional en España, pero mientras los primeros suelen recibir permiso temporal de residencia por razones humanitarias, quienes llegan de Colombia y otros países de América Latina dependen más de que les den o no otros tipos de protección como el estatuto de refugiado.

Por eso, el apoyo que recibió Diana Sarmiento de la Comisión nacional de Ayuda al Refugiado (CEAR) nada más llegar a España fue esencial para quedarse en el país, ya que su vida corría peligro a causa de la violencia de género que sufría en su ciudad de origen. 

Su vida en Bogotá era una auténtica carrera contra el miedo y el terror. Primero fueron las palizas y luego el ácido que la derramó su agresor sobre la cara. Por esa razón, la seguridad de Diana era su primer objetivo, así que cambiaba regularmente de casa, hasta que no aguantó más y explotó.

Diana llegó sola a Madrid en 2019 huyendo del maltrato de su pareja, frente al que no encontraba protección ni de la Policía ni de la Fiscalía de Colombia. «Ellos solo actúan cuando ya no hay remedio, recogiendo el cadáver de la mujer», afirma con temor y cierta ironía.

Por eso, en España encontró la tranquilidad y la paz que buscaba, con el apoyo de CEAR para tramitar su solicitud de asilo e incluso acceder al tratamiento médico que necesita y a un techo.

«Muero por estar en Bogotá, pero el miedo de que la persona que fue mi pareja y me lastimó tanto esté merodeando por ahí me aterra», revela. «He estado en ayuda psicológica porque a veces tengo pesadillas de que regreso a Bogotá y me atacan». Incluso estuvo «hospitalizada por ansiedad», asevera, convencida de que «en Colombia no lo hubiera logrado, estaría muerta hace ya un año».

Tras haber superado el temor inicial a ser deportada cuando tuvo que acudir a un hospital con el pasaporte vencido, Diana ahora espera conseguir pronto una protección en España por razones humanitarias y ser refugiada. Además, afirma que le gustaría trabajar con personas como ella, que «llegan aquí perdidas, desorientadas, llenas de miedo y que no saben qué hacer ni a quién recurrir».

 

Peticiones de asilo

Fueron venezolanos y colombianos, con 28.375 y 27.586 peticiones, respectivamente, los que encabezaron las solicitudes de asilo en España en 2020, seguidos de Honduras (5.536), Perú (5.160) y Nicaragua (3.749), según la Oficina de Asilo y Refugio. Estas cinco nacionalidades suman casi el 80 por ciento de los solicitantes. Además, España es el destino de más del 90 por ciento de venezolanos y colombianos que solicitan protección en Europa.

Elena Muñoz, portavoz de CEAR, explica que muchos solicitantes deberían recibir el estatuto de refugiado o una protección subsidiaria, pero se quedan en la residencia temporal por razones humanitarias.

La Oficina de Asilo y Refugio, perteneciente al Ministerio del Interior, destaca que casi el 41 por ciento recibe algún tipo de protección y recalca que se valora en cada expediente todas las circunstancias individuales.