Biólogo de formación y de vocación, Diego Clemente desarrolla su actividad profesional en un laboratorio de neuroinmuno-reparación en el Hospital Nacional de Parapléjicos. Una tarea que desarrolla desde 2015 con su propio grupo de investigación pero que comenzó en 2006 cuando, como investigador junior se incorporó a tareas de investigación en el Hospital. Antes de contar con grupo de investigación propio, en 2010, comenzó a desarrollar una línea de trabajo en el estudio de las células mieloides supresoras, encargadas de controlar la respuesta inmunitaria.

Ahora, Clemente, desde su grupo de trabajo cuenta con tres líneas principales de investigación para la esclerosis múltiple, una enfermedad «muy impredecible» y para la que a pesar de contar con 17 fármacos, no existe cura.

Por ello, el investigador junto con su equipo se encuentran inmersos en el desarrollo de líneas de trabajo para, mediante biomarcadores, predecir la evolución del paciente a los citados fármacos, así como la respuesta a los mismos. 

La segunda de las líneas en las que están inmersos, es la de tratar a aquellos pacientes con una enfermedad más agresiva mediante terapia celular; lo que iría en consonancia con la tercera que pretende estudiar la capacidad de regeneración del sistema nervioso, para poder distinguir qué paciente recibe mejor el tratamiento y predecir la eficiencia de la remielización. 

Además, la repercusión de sus avances se corrobora con el contrato colaborativo firmado con la empresa farmacéutica Merck, que ha invertido 200.000 euros en una línea para encontrar un nuevo fármaco que aporte soluciones terapéuticas.

Por ello, además de agradecer el premio y dedicárselo a su equipo, y a todos los investigadores del Hospital, Clemente reivindica la necesidad de «una inversión sostenida en investigación», que permita continuar su labor.